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Los Yankees de Nueva York han atendido prácticamente todos los inconvenientes de peso que se le presentaron una vez que acabó la temporada 2022 de las Grandes Ligas o al menos, los que la gente les exigía que resolvieran. En primer lugar, lograron la renovación de contrato de Aaron Judge (jugador al que más tarde nombraron capitán) y luego, lograron cerrar la firma de un lanzador estelar como Carlos Rodón, un pitcher que le dará un plus a la rotación.
Sin embargo, lo que no han podido solventar los Mulos del Bronx es la situación de su jardín izquierdo, posición en la que se encuentran desprotegidos más allá de contar con un par de opciones marcadas. El problema es que ninguna de las alternativas le llena el ojo a la fanaticada, misma que siempre exige estándares de calidad y que basándose en la evidencia reciente, duda de que lo que tienen actualmente en la nómina sea suficiente para cumplir con las expectativas.
Ninguno convence
La dupla con la que cuentan los Bombarderos para dar cobertura a la pradera izquierda está conformada por Aaron Hicks y Oswaldo Cabrera, una mezcla un tanto atípica que conjuga a un pelotero experimentado que está pasando por horas sumamente bajas con su madero y su guante con un chico talentoso que promete mucho, pero cuya muestra en los jardines es muy pequeña como para sacar conclusiones sobre lo que puede hacer en una temporada completa.
Por esa razón, los Yankees estarían preparando un plan de última hora, uno que tiene como protagonista al experimentado patrullero venezolano Rafael Ortega, beisbolista al cual firmaron bajo un contrato de ligas menores con invitación al spring training.
El hombre al que apodan Balita tiene 31 años de edad, 6 zafras de experiencia en Las Mayores y unos números bastante llamativos en 2022. Luego de 118 juegos disputados con la divisa de los Cachorros de Chicago, Ortega estampó línea ofensiva de .241/.331/.358, acompañada de 7 jonrones, 14 dobletes, 35 carreras impulsadas y 35 anotadas.
Estos registros lo convierten en un elemento más que legítimo para ser tenido en cuenta por el mánager Aaron Boone y su equipo. De hecho, no deberíamos descartar en absoluto la posibilidad de que Rafael juegue en algún momento de la campaña con la novena principal de la Gran Manzana. ¿Será esta la solución que tanto esperaban en las oficinas del Yankee Stadium? Solo el tiempo lo dirá.