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Fue un reencuentro, cuarenta y dos años después de haber alcanzado la independencia, Senegal enfrentaba a Francia en el partido inaugural del Mundial de Fútbol en 2002.

Aquel 30 de mayo en Seúl, la capital de Corea del Sur, la antigua colonia francesa tenía una oportunidad histórica, la de tomar revancha respecto a casi 400 años de dominio y explotación. Nadie lo hubiera creído posible, era una inmensa utopía pensar que Senegal podía empatar siquiera ante el vigente campeón mundial y europeo, pero el fútbol, una vez más deparó lo mejor para deleite de millones de fanáticos en el orbe…

Antecedentes

Y en la memorabilia popular, amparada en imágenes y textos de archivo se evoca al célebre “Maracanazo” como la primera gran sorpresa en la historia de los Mundiales y desde entonces, tal como refiere ESPN,  una serie de encuentros memorables han engrosado la lista a lo largo del tiempo; desde la victoria de Estados Unidos ante Brasil en 1950, pasando por la goleada de Checoslovaquia a Argentina 6-1 en la justa efectuada en Suecia en 1958, el triunfo de Argelia ante Alemania 2-1 en 1982 y así como el de Camerún ante Argentina en 1990, justo hasta llegar  ese día, 30 de mayo de 2002.

“… Yo soy el más francés de los senegaleses y el más senegalés de los franceses…”- decía el poeta Leopold Sedar Shengor, el primer presidente de Senegal, para referirse al estrecho vínculo existente entre ambas naciones, un vínculo que se remonta hasta mediados del siglo XVII, cuando los europeos se asentaron a orillas del río Senegal, sentando las bases de su posterior dominio.

Hasta cierto punto, la idea que emerge del aforismo del gran Senghor, es que hablar de Senegal y de Francia era hablar de lo mismo, de hecho y de acuerdo a las crónicas de varios periódicos en aquel entonces, como El País, de los 23 jugadores convocados por el entrenador Bruno Metsu, 21 vivían en Francia, hace ya veinte años.

Los hechos

Tal vez por ello, en aquella histórica jornada, aquel equipo que disputaba su primer Mundial, le jugaba sin miedo, de poder a poder a la selección más poderosa del momento.

Más allá de las ausencias por lesión de Zinedine Zidane y Robert Pire, el combinado galo tenia un plantel con la profundidad suficiente para seguir siendo favoritos, pero los africanos no creyeron en nada de eso.

Aprovechando la potencia de sus mediocampistas, Diao y Bouba Diop, Senegal metió en problemas a Francia desde el comienzo, conduciendo el desafío hacia su estilo rocoso, avalado por el físico de sus jugadores y esto le dio resultado, cuando una internada del delantero Diouf provoca el pase de la muerte para que el legendario Bouba Diop, anotara el primer gol de Senegal en Mundiales.

Aquello fue un mazazo, los franceses no creían lo que veían, medio mundo quedaba atónito, pero Senegal comenzaba a escribir su historia en estas lides de la mejor manera, con una rotunda victoria, pues a pesar de la presión de David Trezeguet y Thierry Henry, Francia jamás pudo abrir el cerrojo defensivo planteado por sus rivales.

El legado

Senegal ganó, allí en Seúl, en primer partido del siglo XXI en una Copa del Mundo; Senegal ganaba para erigirse como la gran sorpresa de aquel certamen, luego de llegar hasta los cuartos de final con el aval de aquella épica ante los franceses.

Desde aquel entonces, debieron pasar 16 años para que pudieran regresar a un Mundial, cuando lo hicieron en Rusia 2018 de la mano de Aliou Cissé, otrora jugador en aquel equipo de 2002.