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Que Messi juega en modo ‘bestia’ o modo ‘diablo’ cómo se suele decir, eso es algo sabido. Que es el mejor del mundo y que en cualquier circunstancia marcaría diferencia, también es sabido; lo que sorprende en este caso es la facilidad y rapidez con la que lo hace, en una liga que no parece estar a la altura de semejante estrella.
¿Cómo es posible que un jugador casi sin entrenamientos, casi sin conocer a sus compañeros (exepto alguna excepción como Busquets) pueda entrar y marcar la diferencia desde el minuto 1.?
Lo que se pudo apreciar en estos 145′ minutos que el número 10 lleva vistiendo la Rosa del Inter de Miami es que con muy poquito le basta para marcar la diferencia. En el juego contra Cruz Azul, se adueñó de la mitad de la cancha, tocando de primera cuando es necesario y encarando o marcando los tiempos en otras ocasiones. Incluso en la “infracción” (imperceptible) que deriva en el tiro libre del gol se puede ver la ‘viveza gaucha’ del jugador argentino al colocar el cuerpo de tal manera que, ante el mínimo roce, se deja caer. Después, claro está, hay que tener toda su calidad para colocar la pelota de esa manera; no es solo cuestión de ‘viveza’
Ayer, en el duelo ante Atlanta United, a los 38′ ya había convertido 2 tantos, el primer de ellos es un remate de ¡él mismo al palo! Que luego toma el rebote; una vez mas presente esa viveza para no dar por terminada la jugada que ya parecía gol desde el momento en que el astro define en primera instancia.
El segundo es una jugada que él inicia en el medio y luego ‘trota’ despacio hacia el centro del área sabiendo que de alguna u otra manera, el balón le llegará a él.
Es incomprobable, pero podría asegurar que si hubiera querido, podría haber marcado 2 o 3 tantos mas, solo que por respeto no quizo.
Si bien ya analizamos algo del juego de Lionel ¿Que pasa con los rivales? Parece que quedan atónitos, maravillados, obnuvilados ante su majestad. No lo marcan con enfasis, no lo presionan, lo dejan recibir y transportar el balón con comodidad.
Es cierto que decirlo desde acá puede ser fácil, pero la dificultad de las diferentes ligas es innegable, Messi en Francia tenía más complicaciones, en Estados Unidos parece que le bajó el nivel de dificultad al juego, lo puso en modo ‘Easy’
Esto recién comienza, tendremos más Messi y más Miami, más goles y más rivales atónitos tratando de llevarse la remera del 10 para su colección personal