El partido entre Liverpool y Brighton se desarrolló con sorpresas desde el inicio. Sin temor, el Brighton salió a enfrentar al Liverpool en su propia casa y, lejos de replegarse, tomó la iniciativa desde el primer minuto. La estrategia agresiva de las “Gaviotas” dio frutos rápidamente, cuando en una serie de pases bien hilvanados, Ferdi Kadıoğlu recibió el balón en el área de Kelleher. Con un disparo cruzado, el turco adelantó al Brighton en el marcador, dejando atónitos a los aficionados locales.
Liverpool, sin embargo, mantuvo la calma y se salvó de un segundo gol gracias a una excelente parada de Kelleher en el minuto 27, que detuvo un potente remate de Rutter. Antes del descanso, Danny Welbeck dio otro susto a los “Reds” con un tiro libre peligroso, aunque el balón se fue apenas desviado.
Con la reanudación del segundo tiempo, el Liverpool mostró su acostumbrada fuerza ofensiva. Los de Anfield comenzaron a presionar con más intensidad, forzando a Verbruggen, el arquero del Brighton, a varias intervenciones clave. La resistencia del guardameta holandés duró hasta que los locales desataron su artillería: en el minuto 69, un centro de Cody Gakpo fue desviado por Darwin Núñez para igualar el marcador. Solo tres minutos después, Mohamed Salah apareció con su clásica magia.
Un gol de autor para la victoria
Recibiendo el balón por la derecha, Salah condujo hábilmente hacia el centro, esquivando defensas hasta encontrar el ángulo perfecto para un disparo imparable. El egipcio remató con fuerza, y la pelota terminó en el fondo de la red, poniendo al Liverpool en ventaja y levantando a la afición en Anfield.
A pesar del esfuerzo final del Brighton por igualar el partido, el Liverpool mantuvo el control, aprovechando los espacios abiertos para contragolpes. Aunque el marcador ya no se movió, el equipo de Slot se llevó tres puntos cruciales que, combinados con las derrotas de Manchester City y Arsenal, los colocan en lo más alto de la Premier League.