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Hace poco comenzó una polémica en diferentes redes sociales sobre si Ramón Hernánez, inciailista de los Tigres del Licey, calificaba para el premio “Novato del Año”. El criollo está en su primera temporada como titular, y nunca antes había consumido más de 10 turnos. Las razones de su falta de juego importan poco y fueron, a la postre, decisiones de los dirigentes y gerenres que en aquellos momentos manejaban al Licey.

Lo importante en todo esto es conocer el contexto de las cosas para entender la situación de quién califica para el “Novato del Año” y cuáles son los parámetros “oficiales” para otorgar la distinción. Lo primero que se debe decir es que tal premiación nunca ha sido OFICIAL de Lidom. Y esto es importante entenderlo. Cuando se habla de oficial se habla de algo que sale del seno mismo de la entidad en cuestión. 

Los premios en cuestión han sido organizados, desde más de 40 años, por la empresa Producciones Apolo. La misma que hasta el año pasado se tenía como “oficial” para las menciones del MVP de la semana y el MVP de la temporada. Estos premios contaban con el aval de la Lidom.

Y esto es otra cosa. Eran avalados, o sea, respaldados, es decir, Lidom les daba el visto bueno porque confiaba en los organizadores y tenía conocimiento de los votantes. Es como cuando un autor edita un libro por su lado; o luego, el mismo libro, se publica con el aval de una institución o editoral reconocida. Pues, así.

Para utilizar un ejemplo cotidiano,. Cuando se pide un préstamo al banco piden un aval, una persona que garantice que el solicitante estará en capacidad de pagar. Y si éste no cumple, el avalista entra en acción y paga. O sea, el préstamo está a nombre de fulano bajo el aval de mengano, pero sigue siendo fulano el que debe pagar. Lo mismo es con los premios mencionados.

Si bien Lidom los avalaba este aval no implicaba su oficialidad, pero la costumbre y la opinión pública, dos fuerzas inveteradas, consolidaron el carácter de ley de los galardones. Una vez establecida esta diferencia comencemos.

Satosky Terrero, gerente de comunicaciones de Lidom, trabaja en todo lo que tiene que ver este año con la entrega de los premido por parte de la Liga. “Ya hemos establecido los parámetros para tales fines y en esta temporada, por primera vez en la historia, tendremos un MVP entregado por Lidom”, dice. “Lo mismo pasará con las demás menciones, incluida el Novato del  Año”.

Es aquí cuando entra entonces la figura de Ramón Hernández. ¿Por qué no puede ser Novato del Año?

“El Novato del Año, en Grandes Ligas y otros circuitos, es para premiar el talento de peloteoros jóvenes, con poco tiempo de acción en la pelota profesional o en el roster de un equipo”, explica el periodista Rolando Guante. “Por eso en una liga, si un pelotero tiene tal cantidad de turnos o de innings lanzados, ya no califica. Y en MLB son aún más específicos, hablan de tiempo en el roster activo”.

Y es así, un jugador en Grandes Ligas, así no haya jugado, o consumido 10 turnos, si pasa más de 45 días en roster activo dejará de ser elegible para el premio al mejor recluta. Los día de septiembre, cuando se expande el roster, no cuentan en este caso.

En Lidom, bajo lo parámetros actuales, los diseñados en aquel entonces por Producciones Apolo, y los cuales siempre se revisaban conforme pasaban los años para adaptarlo a la época, previa consulta con votantes como Guante y otros, indica que un pelotero con más de dos años jugando en la liga ya no califica para el premio.

Y es aquí donde entra el caso de Hernández. El pelotero en cuestión debutó, de manera oficial, en 2019, pero en postemporada. Luego en 2020 participó también, aunque solo un juego, y en postemporada. Comenzó a ser regular en esta contienda de 2022.

“Si jugó en una instancia u otra eso no tiene importancia”, explica Terrero. “La semifinal y final forman parte de una temporada, la cual se divide en tres etapas, pero forma parte de la temporada”.

Guante va más allá y sostiene que “en ninguna liga del mundo un pelotero con tres años de experiencia es considerado novato”. Y esto es cierto.

Así que por esta razón, Ramóm Hernández no puede ser considerado “Novato del Año”, porque ya suma más de tres temporadas activas con el Licey y en la 2021-22, auqnue no jugó, si estuvo presente, en algunos días, en el roster. Hernández técnicamente hablando no es un novato. Ni en teoría ni en la práctica.

“Nosotros estamos ya ajustando toda la reglamentación existente”, cuenta Terrero. “En los próximos días daremos a conocer de manera oficial las fechas de votación y daremos a conocer los parámteros y el reglamento. Los votantes serán todos aquellos que han participado activamente en las votaciones del MVP de la semana”.

Ya con este instrumento legal todo será más fácil, porque se establecerán límites y se podrá saber, de aquí en adelante, a ciencia cierta, quién califica y quién no para todos y cada uno de los premios que se otorgan en Lidom.