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Si hay algún pelotero peligroso en esta liga ese es Sandber Pimentel. Es oportuno, choca la bola, tiene poder ocasional. En la noche del sábado dejó tendidos a los Tigres del Licey en el Tetelo Vargas con un soberbio cuadrangular por todo el jardín derecho en el cierre del noveno. Al moemento del estacazo todo el dugout verde se vació para felicitar al slugger. ¡No era para menos! Clase de palo.

Este año no ha sido tan productivo como en temporadas anteriores. “Cosas que pasan”, nos contó. “Lo que si no puede dejar de hacer es trabajar”. Su línea ofensiva es de .195/.443/.388 con un OPS de .808. Sí, conecta pocos hits pero le da en la cara a la bola cada vez que la choca. Y se embasa como un loco.

Por eso, aunque no esté en el lineup, Fernando Tatis, mánager de las Estrellas Orientales, lo tiene como una de sus primera opciones como bateador emergente. Es un pelotero que toma muchos boletos en momentos claves, lleva 19 en esta temporada.

“Aunque tú no lo creas yo estaba buscando embasarme”, le dijo el pelotero al periodista Luis Morales, miembro del departamento de prensa de los verdes. “Pero como yo soy un bateador de poder y conozco lo que se hacer, cuando el conteo estaba a mi favor yo intentaba buscar un batazo kilométrico”.

Y vaya si fue kilométrico. La pelota se perdió en la noche. Ese turno fue trabajado muy bien. Jonathan Aro, lanzador al momento de la conexión, trató de engañarlo, pero el toletero le sacó tres bolas seguidas, luego comenzó la brega, el trabajo, se pudo en 3-2. Y fue allí cuando ¡Pum! Hizo el daño.

“Fue una recta”, comenta Sandber. “El quizá trató de sorprenderme con una recta pegada, adentro, pero yo lo soprendí a él, tú sabes. Yo sé que fue un buen turno, y eso es lo que más me caracteriza cuando vengo de la banca”.

Pelear los turnos es lo que debe hacer un emergente y su OBP de .443, con su 19 boletos allí contados, hablan muy bien de cómo trabaja a los lanzadores. “Yo siempre trato de calentar en el dugout, de mantenerme siempre ready, de mantenerme lo más listo posible, porque yo no sé en qué momento me van a necesitar”.

El batazo, estima el toletero, marcará un antes y un después en esta temporada. “Este tipo de batazos son los que animan a un equipo. Ya verás”, concluye.

Y es que no es fácil sacarle la bola de esa manera un lanzador del Licey este año y ganar de una manera tan épica.