Your browser doesn’t support HTML5 audio
La Fórmula 1 ha tenido muchas escuderías a lo largo de su historia. Algunas han quedado en la memoria de los fanáticos por sus logros, otras han pasado totalmente desapercibidas y, como el caso de ahora, están presentes como una de las más ganadores. Lo que pocos saben es que muy pocos equipos tienen un origen “propio”, como el caso de Ferrari, que ha mantenido su propia estructura desde el comienzo.
Otras escuderías han aparecido comprando las instalaciones de otros equipos o renombrando directamente tras la bancarrota de las mismas. Así fue que nació Red Bull, una de las escudería más exitosas de los últimos años y que actualmente domina con creces el campeonato, tanto de pilotos como de constructores.
Red Bull arribó a la Fórmula 1 en 2005 con la adquisición de Jaguar Racing, equipo conocido por ser uno de los últimos intentos de Ford en el la máxima categoría del automovilismo, tras la adquisición de Stewart Racing (equipo del tres veces campeón Jackie Stewart). Red Bull compró la estructura de Jaguar en 2004 y para 2005 debutó en la Fórmula 1 con una alineación conformada por el veterano David Coulthard y el joven Christian Klien.
Según los reportes de la época, la marca de bebidas energizantes abonó un monto de 110 millones de dólares para hacerse con la escudería. Al final acabaron su primer año en el 7.º puesto entre los constructores con 34 puntos, siendo un prometedor inicio para la debutante formación austríaca, especialmente en comparación con lo logrado por Jaguar en su último año. Pero pocos imaginaban lo que estaba por venir. A finales de ese año adquieren la escudería Minardi para convertirla en Toro Rosso, un equipo filial de Red Bull donde arribaban los pilotos para sumar experiencia y aspirar al equipo principal.
Coulthard se retira en 2009 tras muchos años en la élite y quien lo reemplaza es un joven proveniente de la academia de jóvenes pilotos de la escudería austríaca: un tal Sebastian Vettel. El piloto alemán venía de brillar en Toro Rosso con un histórico triunfo en Monza y una pole position. Apenas un año tardó Vettel en hacerse con la corona de la categoría iniciando una era de dominio absoluto con Red Bull. Al título de 2010 le siguieron tres títulos más donde solo en 2012 Fernando Alonso le puso resistencia con Ferrari. El resto de los años fueron demoledores.
Y el resto es historia. Si bien Mercedes le arrebató el trono con siete años de dominio, la figura de Max Verstappen se hizo presente para devolver a Red Bull al estrellato. Tres títulos consecutivos con dos coronas seguidas de constructores lleva Red Bull actualmente y todo parece que va a seguir la misma tónica.