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Porsche ha inaugurado en Alemania la primera estación piloto de un programa que contempla la instalación de sus propias estaciones de carga rápida a lo largo de las rutas más importantes de Europa. Denominadas Porsche Charging Lounge, el objetivo es crear estaciones prémium, donde los clientes de la firma alemana dispongan de un ambiente confortable y la mayor cantidad de servicios posible. Un proyecto análogo, por ejemplo, al que Audi comenzó en 2022, y que aplica ya ese concepto de estación de carga en ciudades como Zúrich, Berlín o Salzburgo.
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De entrada, la idea es que estas estaciones estén situadas cerca de vías con mucho tráfico y den servicio 24 horas al día y 7 días a la semana, además de disponer de una facturación centralizada. Por el momento, la primera estación así lo hace, ya que se ubica a las afueras de Bingen am Rhein, a solo dos minutos de la salida de la autopista A60/A61, y ofrece cuatro puntos de corriente alterna a un máximo de 22 kW de potencia y seis puntos de carga rápida de corriente continua, de hasta 300 kW. De hecho, los planes de Porsche es que estos 300 kW se puedan incrementar a principios del próximo año a 400 kW en cada punto. Además, la electricidad suministrada siempre procede de fuentes renovables certificadas.
Más adelante, Porsche abrirá más estaciones Charging Loung en Alemania, Austria y Suiza. Por el momento, estas instalaciones de carga únicamente podrán ser utilizadas por clientes de la marca, ya sean vehículos eléctricos o híbridos enchufables. “Para 2030 queremos que más del 80% de los coches que entreguemos sean totalmente eléctricos. Este importante proyecto requiere una red de carga rápida densa y de alto rendimiento. Son un complemento sin barreras, sostenible y vanguardista a la red Ionity”, afirma Oliver Blume, presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG.
Todo lujo de detalles
La propia Porsche ha diseñado sus nuevas estaciones de carga. El techo, que parece flotar, conecta los puntos de carga con el edificio y, de paso, permite que los clientes no se mojen cuando preparan la carga si las condiciones climatológicas son adversas. Esta primera estación de Porsche se climatiza, además, mediante una bomba de calor que funciona sin combustibles fósiles. De hecho, parte de la electricidad necesaria es suministrada por el sistema fotovoltaico de células solares de la cubierta. No obstante, el edificio es inteligente y optimiza el consumo de energía; por ejemplo, atenuando automáticamente la iluminación si no hay personas en ella.
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Una vez comienza la carga de sus vehículos, los clientes disponen de una zona de descanso similar a un salón, con posibilidad de comprar refrescos o aperitivos. Unos u otros se pueden pagar con tarjeta de débito o crédito, y mediante Apple Pay o Google Pay. Al mismo tiempo, hay disponibles contenidos analógicos y digitales, una red WiFi de alto rendimiento o un espejo inteligente frente al que poder hacer ejercicios o estiramientos de cara al trayecto restante.
Cada una de las estaciones de esta red aparece en el navegador de los coches, y Porsche se encarga de centralizar la facturación, con un precio de carga de 33 céntimos por kilovatio hora. Eso sí, para acceder a las estaciones y a la sala de descanso es necesario disponer de una identificación, y la matrícula del coche también debe disponer de ID. En caso contrario, la barrera no se abrirá, pues el control de acceso funciona a través del reconocimiento automático de la matrícula