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El Masters 1000 de Shanghai presenta una final esperada entre Jannik Sinner, el joven prodigio del tenis y actual número uno del ranking ATP, y Novak Djokovic, el veterano serbio que ocupa la cuarta posición pero sigue siendo una amenaza constante en cualquier torneo. Sin embargo, este enfrentamiento no solo promete emociones por el nivel tenístico y los récords que están en juego, sino también por un elemento que va más allá de las estadísticas: el vínculo que comparten a través de sus equipos técnicos.
Sinner y Djokovic, rivales en la cancha, comparten una parte importante de su preparación gracias a la presencia de dos figuras claves en el equipo del italiano que antes trabajaron estrechamente con el serbio: el preparador físico Marco Panichi y el fisioterapeuta Ulises Badio. Ambos profesionales formaron parte fundamental del equipo de Djokovic durante algunos de los años más exitosos de su carrera, ayudándolo a conquistar títulos y romper récords.
Panichi y Badio se unieron al equipo de Djokovic en 2017, contribuyendo a consolidar su legado en la cúspide del tenis mundial. A lo largo de su colaboración, el serbio cosechó grandes triunfos, pero en las últimas temporadas, decidió despedir a ambos profesionales: Badio en 2022 y Panichi a principios de 2024. En ese momento, Djokovic expresó su gratitud hacia Panichi a través de un mensaje emotivo en redes sociales: “Ganamos títulos y rompimos récords, pero lo más importante es que disfrutamos del día a día. Gracias por hacerme mejor dentro y fuera de la cancha”.
Meses más tarde, Panichi y Badio se integraron al equipo de Sinner tras la partida de su preparador físico, Umberto Ferrara, y su fisioterapeuta, Giacomo Naldi, tras un escándalo de dopaje que sacudió al número uno del mundo antes del US Open. En marzo, Sinner dio positivo por Clostebol, un agente anabólico prohibido. Sin embargo, tras la investigación se determinó que las muestras habían sido contaminadas de manera accidental por un spray que su fisioterapeuta utilizaba para tratar una lesión en su dedo, lo que evitó sanciones mayores para el joven italiano.
Este inusual cruce de equipos añade una capa de interés a la final de Shanghai. Mientras Sinner busca ratificar su liderazgo en el tenis mundial, Djokovic persigue más récords para consolidar aún más su lugar en la historia del deporte. Ambos jugadores estarán respaldados por el conocimiento y la experiencia de un equipo técnico que ya ha demostrado ser capaz de llevar a un tenista a lo más alto. En esta ocasión, ese equipo será un factor compartido, con dos hombres que conocen a la perfección tanto al maestro como a su joven sucesor.
Este domingo, la pista de Shanghai no solo verá una batalla de raquetas, sino también una curiosa coincidencia de historia y preparación, que subraya que en el tenis, como en la vida, los caminos a menudo se cruzan de formas inesperadas.