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Un suspiro, dos, otro, vuelves a respirar y ahí, en ese efímero instante, cuando ya no queda nada, ni hay tiempo para pensar, sale eso…

Debieron pasar 34 años, para que otra vez, en una postemporada de la NBA, se decidiera un partido en el último segundo. Primero fue Jordan allá por 1989, el único, el sensacional Michael Jordan, hace dos días, él, Derrick White, para muchos un mero actor de reparto que corrió con algo de suerte tras salir de San Antonio, para otros un muro, la roca en el esquema defensivo de los Boston Celtics.

Dicen que lo declararán ciudadano no grato allá en Miami y es que después de ese final con esa canasta que reescribió la historia, después de eso, así, cuando no había tiempo para nada, ni para pensar, no puede ser de otro modo.

White… el salvador

White decidió el partido y reescribió la historia de todas las maneras que se puede reescribir la historia; propició el séptimo juego, emuló a Jordan y salvó en toda la línea a Joe Mazzulla.

Tras el partido, los Celtics se convirtieron el cuarto equipo que logra forzar un juego 7 tras estar debajo 0-3 y aquello que parecía imposible, lo que solo habíamos visto en Grandes Ligas en 2004, cuando los Medias Rojas eclipsaron a los Yankees en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, la remontada del siglo, de todos los tiempos en la NBA, diría… esa proeza está a punto de concretarse.

La mística 

Son los Celtics y es Boston y allí, en ese rincón de Nueva Inglaterra, tal como ocurre en toda la célebre región, no puede ser diferente, es la mística y la tradición, desde Paul Revere, la Fiesta del Té y el Día del Patriota, pasando por Washington Irving, después los Celtics, Bill Russell, Larry Byrd y el fenómeno Kevin Garnett.

Si una épica así podría escribirse, era con los Celtics de protagonistas, nadie lo creía, pero pasó y en este minuto pocos dudan que el milagro no se pueda concretar y Boston regrese a las Finales por segunda campaña consecutiva.

Mazzulla

Será la salvación, el desagravio de Joe Mazzulla, el segundo de Ime Udoka, el interino con fama de buena gente, el que tuvo que asumir como entrenador en medio de la crisis y sí nadie se acordará cuando el coach expresó que el equipo se le había ido de las manos y con el 0-3, sus días en Massachussets parecían estar contados pero no…

Todo ha cambiado y quince años después de aquella Final en 2008, cuando el mencionado Kevin Garnett, junto a Paul Pierce y Ray Allen dejaron a los Lakers de Kobe en el camino, quince años después de aquel anillo, en otro Juego 7, los Celtics vuelven a soñar con avanzar y seguir buscando la gloria.