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El deporte mas visto en todo el mundo tuvo sus orígenes algo confusos y muy particulares, sin embargo, sirvieron como base de una de las disciplinas más atractivas y por la cuál los dominicanos nos volvemos locos.
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Para hablar del origen del baloncesto, hay que remitirse al siglo XIX, específicamente en la sede de la Young Men’s Christian Association (Asociación de Jovenes Cristianos, o YMCA, por sus siglas en inglés) en Springfield, Massachusetts (Estados Unidos), en el año 1891.
Debemos venerar al creador de esta maravilla, el profesor James Naismith, estaban en la búsqueda de un deporte que se pudiera jugar en un espacio cubierto pues, en esas épocas, el invierno era un problema para practicar las disciplinas deportivas. Fue entonces que ideó un juego combinando conceptos del rugby americano (pases), el rugby inglés (saltos) y un juego llamado ‘Pato en una roca’, el cual consistía en tumbar a una piedra suspendida en una plataforma con una roca más pequeña.
Sin embargo, Naismith necesitaban idear alguna forma de hacer atractivo su nuevo deporte. Después de un año de trabajo, consolidó un reglamento que constaba de trece reglas (de las cuales, varias se mantienen vigentes en el baloncesto que se practica a nivel mundial en la actualidad), por lo que ya estaban listo para ‘poner a su bebé a caminar’.
Según narra la YMCA en su portal web, el primer partido de baloncesto en la historia se disputó el 11 de marzo de 1892. Jugaron el equipo de profesores contra el de los estudiantes de dicha institución. Ambas escuadras tenían un objetivo simple: meter el balón en la canasta contraria más veces que el otro equipo para ganar. Esta simple instrucción fue fácil de entender, pero difícil de ejecutar.
Al ser la primera vez que se practicaba un deporte nuevo, los errores y las confusiones abundaron, al punto de que el primer resultado de la historia del baloncesto terminó 5-1, a favor del equipo estudiantil; un resultado muy corto a comparación de lo que se ve en el baloncesto profesional en la actualidad.
Tal como cuenta la Asociación Mundial de Entrenadores de Baloncesto, en ese entonces, los tableros y los aros eran, en realidad, las paredes del gimnasio de la YMCA y dos canastas de duraznos elevados a tres metros de altura, respectivamente. Debido a que los canastos eran precisamente para guardar fruta, se requería de la ayuda de una escalera para sacar el balón de dichos recipientes en caso de que un equipo lograra anotar, lo cuál hacia algo lento al desarrollo del juego.
Más adelante, Naismith puliría su cración haciendo huecas las canastas y valiéndose de un palo para sacar el balón desde abajo, con el objetivo de darle más fluidez a los partidos. Así mismo, se encargó de delimitar la cancha para que se pudiera jugar igual en cualquier parte.
En 1901, se dejó de utilizar la canasta para utilizar un aro junto con una red, la cual permitió que el balón se atravesara sin problemas y sin ayuda. Desde entonces, el concepto de la estructura y la altura del aro y el tablero se ha mantenido hasta el presente.