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Fue otra de esas historias en las que el hijo prodigo vuelve a casa y sí, Kawhi Leonard volvió, allí a la duela del AT&T Center, donde nació la leyenda que conocemos hoy, la del jugador sobrado de talento que encantó a todos en San Antonio, el mismo que en aquellas Finales de 2014 fuera nombrado MVP, justo cuando los Spurs tuvieron su venganza ante el Miami Heat.

Nueve años después, ante la mirada atenta de Gregg Popovich, en medio de un halo de bruma por el regreso, nueve años después Kawhi volvió a brillar, luciendo inmenso frente al que un día fue su equipo, allí, en el mismo lugar donde empezó todo.

El mejor Kawhi

Los Clippers lo necesitaban, llegaban al duelo ante los Spurs con apenas un triunfo en las últimas diez presentaciones, incluyendo como antecedente inmediato, una derrota frente a los Utah Jazz por marcador de 126-103; los Clippers lo necesitaban y Leonard como los grandes, sacó la casta con una actuación magistral.

Fueron 36 cartones, 7 asistencias y 4 rebotes para Kawhi y su impacto en la cancha se hizo sentir desde el minuto 1 y durante los momentos cruciales de un cotejo que desde el mismo primer cuarto estuvo matizado por una ligera paridad, pero al final el peso de los jerarcas de Clippers, hablamos de Leonard y George, el peso de estas figuras fue un duro lastre contra el que no pudieron los jóvenes de San Antonio y ello acabó marcando la diferencia.

Y Tyronn Lue respiró aliviado…

La escuadra angelina se impuso por pizarra de 131-126 y al colosal desempeño de Kawhi Leonard se le sumó el plus del mencionado Paul George con 16 puntos y 12 asistencias, además del aporte desde la banca de Norman Powell, quien facturó 26 tantos.

Con el silbatazo final, Tyronn Lue respiró aliviado, los Clippers necesitaban cambiar su dinámica perdedora y si bien con su triunfo en Texas, registran marca de 24-24 y se sitúan séptimos en el Oeste, la mejor noticia de este 20 de enero fue tener a un Kawhi Leonard en modo MVP y a la vez recuperar la sensación de que con Kawhi y Paul George de regreso, juntos como un puño apretado encima de los tabloncillos, las cosas pueden ir mejor.