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Desde su debut en la NBA en 2003, LeBron James ha dejado una huella imborrable en el baloncesto, pero su leyenda comenzó mucho antes, en las canchas de la secundaria St. Vincent-St. Mary en Akron, Ohio. Ya en su adolescencia, James era un prodigio que capturaba la atención no solo a nivel estatal, sino en todo el país, augurando lo que se convertiría en una de las carreras más ilustres en la historia del deporte.

Dominio en la secundaria y el inicio de la leyenda

LeBron irrumpió en la escena del baloncesto estadounidense desde su primer año en St. Vincent-St. Mary, liderando a los “Fighting Irish” a un título estatal con una actuación espectacular de 21 puntos por partido. Su habilidad para dominar el juego, incluso como novato, lo colocó rápidamente en el radar nacional, convirtiéndose en el primer jugador en ser nombrado al equipo All-USA de USA Today desde su segundo año, una hazaña sin precedentes para un atleta tan joven.

Durante sus siguientes tres años, LeBron consolidó su estatus como el mejor jugador escolar del país. Promedió 25.3 puntos, 7.4 rebotes y 5.8 asistencias por partido en su segundo año, lo que le valió el título de “Mr. Basketball” de Ohio, un reconocimiento que obtuvo por tres años consecutivos. Para su último año, sus estadísticas habían mejorado aún más, con un promedio de 30.4 puntos y 9.7 rebotes por partido, llevando a su equipo a tres títulos estatales en cuatro años, y su popularidad fue tal que sus juegos eran televisados a nivel nacional​.

Un futuro escrito en las estrellas

La fama de LeBron James en la secundaria no solo radicaba en sus números impresionantes. Personalidades de la NBA, como Shaquille O’Neal, asistían a sus partidos, y ESPN comparaba su talento con leyendas como Michael Jordan y Magic Johnson. Esta atención mediática, sin precedentes para un jugador escolar, fue un preludio de la grandeza que estaba por venir​

Al concluir su etapa en St. Vincent-St. Mary, LeBron decidió dar el salto directamente a la NBA, evitando el camino universitario que muchos jugadores de su calibre solían tomar. Su paso a la liga profesional marcó el inicio de una carrera que ha superado todas las expectativas, consolidando a LeBron James como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

El legado de un prodigio

LeBron James no solo cumplió con las expectativas generadas durante su tiempo en la secundaria, sino que las superó con creces. Desde aquellos días en Akron, cuando ya era un fenómeno mediático, hasta convertirse en una superestrella global, LeBron ha demostrado ser un atleta único, cuyo legado seguirá inspirando a futuras generaciones. Su historia, que comenzó como la promesa de un joven prodigio, se ha transformado en la crónica de uno de los mayores iconos del deporte mundial