Hubo un tiempo en el que todo era claro en los Golden State Warriors: los roles, las rotaciones y las decisiones de la gerencia fluían sin complicaciones. Sin embargo, la situación actual ha cambiado. El futuro de jugadores jóvenes como Jonathan Kuminga y, en menor medida, Moses Moody, está en el aire. Aunque el equipo desea mantenerlos, las negociaciones sobre sus renovaciones están lejos de resolverse.
Kuminga pide un contrato máximo; los Warriors no ceden
Ambos jugadores, seleccionados en el draft de 2021, son elegibles para una extensión de contrato antes del 21 de octubre, o de lo contrario se convertirán en agentes libres restringidos el próximo verano. Según Anthony Slater de The Athletic, la brecha entre lo que piden y lo que la franquicia está dispuesta a ofrecer es considerable, especialmente en el caso de Kuminga.
El alero ha mostrado un mayor impacto en la cancha que Moody, y estaría buscando un contrato máximo de cinco años por valor de 224 millones de dólares, una cifra que los Warriors no están dispuestos a igualar. La organización no se acerca ni a los 44,8 millones anuales que él solicita, lo que significa que, a menos que Kuminga acepte una cifra menor, las conversaciones seguirán estancadas.