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Luego de más de tres años de ausencia, la NBA vuelve a traspasar sus fronteras y finalmente podrá llevar toda sus emociones fuera de territorio estadounidense y canadiense, cuando este sábado la ciudad de México sea la anfitriona de un partido oficial de temporada regular.
En esta ocasión, las franquicias del Miami Heat y San Antonio Spurs serán las representantes del mejor baloncesto del mundo en este paso importante por Latinoamérica, y que ha generado muchas expectativas en suelo mexicano, y donde se espera una muy alta asistencia de aficionados.
Un evento el cual la liga se había propuesto organizar año tras año, en virtud de sus nuevas políticas de globalización y aprovechar la buena cantidad de seguidores en todo el mundo, pero que debió pausarse producto de la pandemia del coronavirus que obligó a modificar los calendarios habituales.
En esta jornada especial, la Arena de Ciudad de México será testigo de un buen despliegue de figuras legendarias de la liga, entre ellas el ex jugador de los Charlotte Hornets, Glenn Rice, así como uno de los mexicanos más destacados de esta disciplina, como Eduardo Nájera, figura en su momento de los Dallas Mavericks y otras organizaciones.
Quizás no sea el mejor momento para estos dos equipos, sobre todo para los Spurs, hoy con registro negativo de 9-19, compartiendo la última posición del Oeste con los Houston Rockets, mientras que Miami con un récord nivelado de 15-15, ubicado justo en la octava plaza del Este, pero con trío de victorias consecutivas.
También será un duelo que permitirá enfrentar a los dos entrenadores con mayor antigüedad cada uno en sus equipos, como es el caso de la leyenda Gregg Popovich, desde 1996 al frente de San Antonio, y Erik Spoelstra, con 14 temporadas en Miami.
Estas dos franquicias nos deleitaron en par de finales consecutivas entre 2013 y 2014, con un título para cada una, en la época donde figuraban LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh con el Heat, y por el otro lado aún figuraban Tim Duncan, Tony Parker y el argentino Emanuel Ginóbili.
Se espera entonces un gran marco este día sábado, en un escenario con capacidad para 22.000 personas; será también la séptima vez desde 1994 que los Spurs disputan un encuentro en este país, siendo apenas el tercero en fase regular, mientras que Miami lo harán por segunda vez, tras haber estado hace unos cinco años.