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Debió ser un verano triste, los vientos de cuaresma habían pasado y tras ellos también se había ido la primavera y entre esos ciclos constantes de idas, regresos, búsquedas y encuentros, ese verano último no arribó de la mejor manera.

Un año antes, tal como ocurre tantas veces, cuando nadie lo esperaba, incluso ni él, llegó la llamada que había estado anhelando por tanto tiempo y al momento, Bryan De La Cruz supo que era su oportunidad y no podía fallar.

Un buen comienzo

En 58 juegos, bateó para 296 de average, con 5 jonrones y 19 carreras impulsadas y allí en Florida, la afición de los Marlins de Miami, hasta el propio dirigente por ese entonces, Don Mattingly, todos estaban encantados con el alto nivel del quisqueyano .

Como era de esperar, las expectativas se dispararon en ese instante y de cara al 2022,  De La Cruz se mostraba como una de las grandes promesas de un elenco que en apariencia no tenía mucho que contar.

Las sensaciones dejadas en aquellos casi 60 partidos fueron la mejores, pero el 12 de agosto último, justo cuando el verano arreciaba con todas sus fauces, en medio de un calor insoportable, la franquicia decidió bajar al criollo a triple A, pues apenas bateaba para 205.

La vuelta de tuerca

Casi tocó fondo y a sus 24 años, el efecto psicológico bien lo pudo hacer sucumbir, pero no, el antillano sacó la casta y en cerca de 3 semanas encontró su ritmo.

Los demás es historia, tal como refiere el Nuevo Herald y MLB.com, en los restantes 25 juegos, Bryan De La Cruz se transformó, fue Jekyll, fue Samsa, un niño asustado que de la noche a la mañana decidió luchar por su sueño y entonces,  después, fue Hyde, fue El Capitán Ahab, fue un hombre que emergió como salido de mil batallas y volvió a vencer.

 

El otro…

En esos 25 juegos, se desbordó, bateó para 388, dio 6 jonrones y remolcó 22 carreras; dándole un vuelco total a aquella historia que había escrito en los primeros cuatro meses de temporada, logrando retomar el hilo de lo ocurrido en 2021.

Así llegó el 2023, con los Marlins intentando comenzar una nueva era, bajo el mando de Skip Schumaker. En este sentido, los sureños han sumado piezas interesantes en pos de al menos dar batalla en la siempre enrevesada División Este de la Liga Nacional; hablamos de hombres como Jean Segura, Luis Arráez y Johnny Cueto por solo citar, pero sin dudas, la estela de Bryan De La Cruz descolla por su propio peso, con más veras luego de aquel legendario septiembre.

El presente

El dominicano está llamado a pugnar por un puesto en los jardines junto a jugadores como Jazz Chisholm Jr, Avisail García y Jorge Soler y al instante de darle forma a este texto, tal como lo muestra Baseball- Reference, en cuatro encuentros disputados en los actuales Entrenamientos de Primavera, De La Cruz batea para 273 con un doble y un triple como extrabases.

Todo apunta para que el 2023 sea el año de su consagración y es que después de aquel verano del que hablamos, no parece haber límites para el inmenso talento de Bryan De La Cruz.