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Fue a finales de octubre, harán ya cinco años, un día 28 para ser exacto, pero tal parece que fue ayer o hace unas horas incluso… Chris Sale miró hacia el home, tomó las señas, asintió con la cabeza y segundos después con el ponche llegaba el out 27 del quinto juego de la Serie Mundial de 2018. Los Medias Rojas de Boston coronaban una temporada de ensueño en el mismo Dodger Stadium y allí, tras abanicar con ese último swing, Manny Machado solo atinaba a quedarse mirando; la oportunidad que tanto llevaba esperando se esfumaba así, como si nada,  delante de sus ojos.

Había llegado a California en el verano de aquel año, luego de siete temporadas en Baltimore; siete temporadas en las que emergió como una de las figuras rutilantes del juego. Dos guantes de oro, cuatro Juegos de Estrellas y tres veces en el top 10 de la votación para el MVP, todo esto mostraba de manera irrefutable, que aquel talento del que todos hablaban no era algo salido de una fábula o de la más burda de las ficciones.

La perspectiva de Manny

Nacido en Miami, pero educado por sus padres como el más auténtico de los dominicanos, recaló en Dodgers con la mirada puesta en un solo  objetivo,  ganar la Serie Mundial, era lo que le faltaba y estuvo a las puertas, pero tal como narramos al principio, aquella ilusión se esfumó.

Después de aquello, Machado se quedó allí mismo, en California, pero no con los Dodgers, los Padres le ofrecieron para ese momento un contrato de 10 años y 300 millones de dólares, depositando sobre sus hombros la responsabilidad de convertirse en el referente de un proyecto que a corto plazo debía conllevar a grandes resultados.

El ascenso

Así pasaron cuatro años, llegaron otros dos Juegos de Estrellas, fue tercero entre los candidatos al MVP en 2020 y segundo en 2022 y al mismo tiempo, una idea se iba acentuando con el paso de los días; Manny Machado al que muchos tildaron de complicado y hasta de sucio, que generaba polémica por cualquier cosa, con esa veta de chico malcriado aflorando a cada instante; aquel Manny Machado quedaba atrás y en su lugar nacía otro jugador, uno maduro, más enfocado y con matices de un  liderazgo nunca antes visto.

Ese fue el mismo Manny que  enrumbó a los Padres hasta la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, poniendo fin a una larga espera de más de 15 años sin que los Frailes llegarán a postemporada. Es el mismo Manny que hace unos días acordó una extensión de 11 años y 350 millones de dólares o lo que es igual, firmó uno de esos pactos que son para todo la vida y ya es un hecho que su carrera acabará allí, en ese rincón del Lejano Oeste.

En retrospectiva, la leyenda…

Y en este punto, mirando en retrospectiva, uno observa esto, lo que ha sido su carrera, sus números y esa proyección digna de un miembro del Salón de la Fama, sin embargo, pocos se paran a detallar del inmenso legado que hasta hoy va dejando Manny Machado con los Padres de San Diego, estando a la altura de grandes peloteros como Fred McGriff y Rickey Henderson,  así como de los tres grandes íconos del Petco Park, hablamos de Dave Winfield, Tony Gwynn y Trevor Hoffman.

Esto que mencionamos no es todo, tal como refiere AJ Cassavell de MLB.com, Machado pudiera convertirse en el líder histórico en jonrones de la organización, algo que podría ocurrir tan pronto como en esta misma zafra o a comienzos de 2024, pues con 108 bambinazos, se encuentra a 55 de empatar con Nate Colbert.

A su vez, con los Frailes, Manny apunta a otra de las cifras legendarias en el béisbol, los 500 cuadrangulares y los 3000 hits, con más veras, si tenemos en cuenta que en julio cumplirá  los 31 años y en este minuto ostenta 283 vuelacercas y 1597 imparables.

Rumbo a Cooperstown

De leyenda y más allá de lo reiterativo que pueda sonar es así, a medida que pase al tiempo, Manny Machado irá esculpiendo su placa en Cooperstown y una posible estatua a las afueras del estadio. Puede que solo le venga faltando para esto lo que tanto viene buscando desde hace rato, el anillo de Serie Mundial, aquel que se le escapó en 2018.

En este sentido hay razones de sobra para creer y es que el grupo actual, con Juan Soto, Xander Bogaerts, Fernando Tatis Jr y el propio Manny Machado, este grupo lo tiene todo para hacer historia y ser los dominadores del juego durante los próximos cinco o seis años.

Como quiera, Manny Machado sabe cual es su camino, lo viene trazando desde aquel día cuando debutó en 2012, es ese que está transitando rumbo a la inmortalidad, vistiendo la franela de los Padres de San Diego.