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Los Gigantes de San Francisco son un equipo en plena construcción que está intentando convertirse en un serio contendor de las Grandes Ligas para llegar a la Serie Mundial y ganarla en el corto plazo. Su rendimiento en las últimas 2 temporadas ha sido bueno logrando en ambas 188 victorias en 324 presentaciones, además de una presencia en los playoffs y un banderín de la División Oeste de la Liga Americana.
Sin embargo, para el 2023 se plantearon el objetivo real de confeccionar una nómina de lujo con la adquisición de varios de los mejores peloteros de la actualidad. Para eso, el presidente de operaciones del club, Farhan Zaidi, reservó una cantidad de dinero ingente para saltar al mercado y capturar a los agentes libres más cotizados.
Fue así como entraron en la pelea por los servicios de Aaron Judge, primero; y más tarde, por los de Carlos Rodón y Carlos Correa. A este último, parecía que ya lo tenían firmado por 350 millones de dólares a cambio de 13 millones de dólares, pero un inconveniente médico hizo que en menos de 24 horas pasara de casi ser presentado en la bahía a formar parte de los Mets de Nueva York.
En el caso de El Juez, la situación fue más traumática pues llevaban la delantera en las ofertas que se le habían presentado al jardinero con 360 ‘melones’ por 9 años. No obstante, al final los Yankees de Nueva York igualaron la oferta y el MVP de la Liga Americana decidió quedarse en la Gran Manzana.
Lo mismo ocurrió con el pitcher Rodón, hombre que se salió de su contrato con los Giants para desembarcar en la lista de jugadores en libertad y posteriormente acabó yéndose con los Mulos del Bronx. Sin dudas, estas desavenencias suponen una tragedia para San Francisco, ya que tendrá que afrontar la campaña 2023 con muchas interrogantes y pocas respuestas.
¿Qué hizo que estos hombres se alejaran de la novena naranja y negra? Cada caso es diferente y las razones no están del todo claras. Lo cierto es que por una u otra causa no se enfundaron la casaca de la tropa del norte de California y lo que pudo ser un verdadero ‘dream team’, no será más que otro equipo promedio y puede que incluso, sea del montón.