Your browser doesn’t support HTML5 audio
Unos hablarán de fiasco, otros al instante establecerán la analogía de moda en pos de justificarlo todo, como quiera, tal como habíamos mencionado antes… en este minuto, mientras escribo, nadie hubiera pensado que los Yankees de Nueva York estarían allí con forja de 49-42, luchando por no ser últimos en la división este de la Liga Americana.
Es la realidad que nos muestran los hechos y tal vez usted piense con razón que antes, en otros tiempos, fue peor, que han existido generaciones mediocres y equipos más malos que este que representa hoy la cultura y por ende la identidad de los Bombarderos del Bronx…es algo que consuela, pero no alcanza y la perspectiva se vuelve más oscura, en el justo momento que miramos atrás y nos damos cuenta que han pasado catorce años y los Mulos siguen viviendo de los ecos de aquel anillo del 2009, el 27.
El dilema
En teoría pudiera parecer la misma película del 2019 o del 2020, cuando la temporada acortada por el COVI-19, o la de 2015 o 2016, ello por solo citar ejemplos de instantes donde los Yankees han estado mal, incluso a la mente de muchos pudiera sobrevenir el recuerdo de la zafra de 2021, cuando tras una primera mitad para el olvido, los de Manhattan remontaron para acabar incluyéndose en la postemporada donde perdieron el Duelo de Comodines frente a los Medias Rojas de Boston… se puede pensar en esto y estaría bien pero no basta.
En medio de este contexto, cuando todo apunta hacia el caos y son más las críticas que los halagos y cuesta encontrar un atisbo de esperanza siquiera, en medio de este panorama, una historia se muestra para darnos un matiz diferente de las cosas.
La figura
Es la historia de Clay Holmes, sí, ese que debió pasar por pasar allá en el PNC Park y su historia pudo terminar allí, a orillas del río Allegheny, pero no, llegó a los Yankees casi como un espectro a mediados de 2021 y meses después eclosionó como el hombre grande en el bullpen de la franquicia más emblemática del béisbol.
Hablamos de Clay Holmes, el que tuvo una primera mitad de ensueño en 2022 y fue al Juego de Estrellas y salvó 20 partidos y a pesar de que tocó fondo en la recta final de la temporada cerró con números envidiables, incluyendo una efectividad de 2,54 y para 2023 estaba ha llamado a ser el tipo duro en el bullpen de los Yankees.
Se reencontró
Holmes fue anunciado como cerrador antes de arrancar la presente campaña y así fue, pero empezó mal, demasiado mal, diría; falló en el Yankee Stadium contra San Francisco, luego en Baltimore, más tarde volvió a deslucir frente a su gente y el sueño, en abrir y cerrar de ojos se convirtió en pesadilla.
Aaron Boone se aferró al milagro, pero el coach de pitcheo Matt Blake sabía que Holmes podía recuperar su mejor condición; el poder de su bola rápida y en particular la efectividad de su sinker, su arma letal y así fue.
De a poco, sin mucho ruido, cuando algunos empezaban a decir que Ron Marinaccio debía ser el elegido y hasta dieron por sentado que con el regreso de Tommy Kahnle se resolvería el problema; cuando eso pasó, Clay Holmes renació.
El renacer
Salvó un juego, luego dos y así, sigilosamente, con ligera sutileza al andar, Holmes recuperó su mejor versión de tal manera que algunos especialistas pensaron que debió ir otra vez al Juegos de Estrellas.
Clay Holmes shares what the Subway Series means to him:
"This is always something that guys look forward to at this time of the year…there's a lot of passion in the city about baseball and that kind of unites here with these games" pic.twitter.com/8Yh63p8ObP
— Yankees Videos (@snyyankees) June 13, 2023
En 38 apariciones, sumó 36,1 tramos de labor, dejando un récord de 4-2, con efectividad de 2,23 y 47 ponches, además de 10 salvamentos.
¿La mejor historia del año?, unos dirían que sí, otros que no y se irían con Gerrit Cole y su estela de Cy Young con esa marca de 9-2 y un promedio de limpias de 2,85, sin embargo, yo me quedo con Clay Holmes… ¿usted qué cree?
Noticias relacionadas