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Para nadie es un secreto que Babe Ruth es de los peloteros más legendarios de la historia de las Grandes Ligas. De hecho, si hiciéramos una encuesta acerca de cuál ha sido el beisbolista más espectacular de todos los tiempos, lo más seguro es que El Bambino ganaría de manera amplia y holgada. Aun así, él no percibía como el mejor, sino que contrario a lo que muchos hubieran creído, tenía su favorito. Incluso, hacia ese colega de profesión se deshizo en elogios en varias oportunidades.

Estamos hablando de nada más y nada menos que de Ty Cobb, otro peso pesado que jugó en la era de la máxima estrella de los Yankees de Nueva York y que también está en el Salón de la Fama de Cooperstown. Otro dueño de múltiples récords en MLB que probablemente pasarán muchos años sin ser roto, como ese promedio de bateo vitalicio de .366 puntos después de 22 campañas de servicio.

Acerca del estandarte de los Tigres de Detroit, Ruth llegó a decir: “Una de las mayores emociones que obtuve del béisbol fue ver a Cobb dirigirse a una base. Siempre me recordaba a Man o’ War (un caballo de carreras de la época) desgarrando la recta final”.

Asimismo, lo reconoció como mejor que él mismo: “Yo tenía la reputación de ser un buen bateador y supongo que podía golpear la bola bastante lejos, pero ese tipo Cobb podía hacer todo mejor que cualquier jugador que haya visto. El viejo Durazno de Georgia (sobrenombre de Ty) era un gran bateador, un jardinero espectacular, un lanzador maravilloso y, oh, cómo corría”.

Sobre los registros estadísticos de ambos, Babe profirió en alguna ocasión: “¿Crees que establecí muchos récords? ¿Por qué entonces el viejo (Cobb) todavía posee como 42?”.

Para más inri, manifestó que Ty era aún más peligroso y temido que él por los rivales de turno: “Dicen que yo solía asustar a los lanzadores simplemente paseando hacia el plato, pero esos tipos siempre tuvieron un remedio para mí. Cada vez que tenían miedo de que sacara la bola del parque, me daban base por bolas y sus preocupaciones habían terminado. Pero una vez que Cobb llegó a la base, sus preocupaciones realmente comenzaron. Molestaría no sólo al lanzador o receptor, sino también al infield yendo de primera a tercera en un toque de bola, anotando desde segunda en un rodado, tomando dos bases en una jugada de out”.

Definitivamente, queda claro que para Babe Ruth el verdadero GOAT era Ty Cobb. Curioso, ¿no?