Your browser doesn’t support HTML5 audio

Aquel fuel año en que mataron a Kennedy allá en Dallas; Truman Capote escribía a Sangre Fría, Nelle Harper Lee hacía lo mismo con Matar a un ruiseñor y Martín Luther King decía– “… I have a Dream…”

Era el año 1963, también el año donde Bill Russell y los Celtics esculpían la leyenda en las duelas del baloncesto y a su vez, en Nueva York, el mítico Mickey Mantle seguía dando que hablar con la franela a rayas de los Yankees.

A Kennedy lo mataron en noviembre, un 22 pero antes, en mayo, también un día 22, Mantle añadiría otro capítulo memorable su increíble historia.

La época

Para ese entonces, Mickey Mantle era Mickey Mantle, más allá de Berra, de DiMaggio, Rizzuto y compañía, todos lo querían ver, habían pasado dos años de aquella memorable campaña en 1961, esa donde Roger Maris dio los 61 jonrones que lo marcaron para siempre, pero Mantle estaba en otra dimensión.

En aquel tiempo, cronistas y fanáticos del juego hablaban sobre un descomunal batazo de Josh Gibson a 580 pies en el mismo Yankee Stadium, allá por 1937 y de igual manera, tal como refiere Sport Ilustrated y lo ha hecho en reiteradas ocasiones el prestigioso Bob Costas de MLB Network, trasciende como una especie de leyenda urbana una conexión kilométrica de Mantle en 1953, durante un partido contra los Senadores de Washington- 656 pies- según se comenta.

Con esas anécdotas enquistadas en el imaginario popular, el 22 de mayo de 1963, el año en que mataron a Kennedy, Mickey Mantle volvería a situar su nombre en los libros…

El acontecimiento

El Yankee Stadium atestado de gente, los locales se miden a los Atléticos de Kansas City y en el final del onceno inning con el choque 7-7; Mantle sale a asumir su turno al bate ante los envíos de Bill Ficher.

Luce mal, muy mal ante una curva, pero era Mantle y acto seguido, tras prepararse para la bola rápida, sincronizó de modo perfecto, vista, piernas, muñeca y le pegó en la cara a la bola.

Refiere el YES Network y el New York Post que, en ese instante, luego de escuchar el sonido del bate con la pelota, todos se pararon al unísono de sus asientos y solo atinaron a ver como la esférica se perdía a lo lejos, hasta dar en la misma punta del último palco en la última sección de gradas del recinto.

¿El jonrón más largo de la historia?

Se ha dicho de todo, se han hecho cálculos matemáticos, tomando en cuenta variables como el viento, la altura, el giro de la pelota, la velocidad del lanzamiento y en primera instancia se habló de unos   636 pies, aunque en su libro ¡Explosión!, Mark Gallagher aseguró que habrían sido 734 pies.

Están las imágenes y oficialmente se estampóaron 503 pies, pero en la conciencia de muchos ha quedado la idea que pudo haber sido el jonrón más largo de la historia.

Con la llegada de Statcast en 2015, se recoge que la conexión de mayor distancia ha sido un vuelacerca a 505 pies de Nomar Mazara en 2019, luego sigue otro de CJ Cron a 504 pies y uno de Giancarlo Stanton, también a 504 pies, pero al pensar en Mantle, otra vez la mente nos lleva hasta allí, hasta ese 22 de mayo de 1963, el día que pudo haber dado el jonrón más largo de la historia.