El ex lanzador de los Marineros de Seattle, Félix Hernández, nuevo integrante del Salón de la Fama de su ex organización luego de una larga trayectoria icónica de 15 temporadas en las Grandes Liga.

La ceremonia tuvo lugar antes del compromiso contra los Orioles de Baltimore donde se le otorgaron varios honores y contó con la presencia de las principales personalidades del equipo en el cargo actual y los directivos que compartieron ese tiempo con Hernández, gracias a su impresionante dominio desde el montículo, con un importante repertorio de lanzamientos, que dejó sin decir una palabra a sus fanáticos. .

Mejor conocido como “Rey Félix”, debutó en la campaña de 2005, por lo que tenía claro que tenía el mejor material para sacar el máximo partido a sus habilidades. Un récord de 169 victorias y 136 derrotas, 419 juegos, 2,729 entradas, 1,157 carreras permitidas, 805 boletos, 2,524 patadas y 3.42 de eficiencia sellan esta gran carrera.

El estado de ánimo siempre se sentía un poco más eléctrico cuando Félix Hernández salía al campo y se sentía el mismo cosquilleo el sábado. Vestido con un elegante traje beige para ser incluido como el reciente miembro del Salón de la Fama de los Marineros. Y fue un momento para recorda cuando gobernó el mundo del béisbol, el lanzador más temido de la MLB y uno de los atletas de Seattle más queridos de todos los tiempos.

Los fanáticos lo reverenciaron porque prometiendo entre lágrimas que nunca los decepcionaría el día que firmó una extensión de contrato por siete años y $175 millones en 2013. Lo amaban porque durante un período oscuro del béisbol de los Marineros, fue una estrella brillante que hizo el equipo relevante, al menos durante sus siete u ocho o nueve entradas. Y lo amaban porque lanzó como un sueño y una amenaza, su ferocidad carismática animó a una generación de jóvenes.

Fue conmovedor, como siempre lo son las ceremonias de inducción al Salón de la Fama de los Marineros. Dos momentos en particular sacaron a relucir la emoción de Hernández, comenzando con la aparición de la chica Make-A-Wish, Sophia Robinson de Alaska, con quien Félix se había unido hace una década y forjó una amistad cálida y duradera. Y luego hubo una entrada sorpresa del viejo amigo y bonachón torturador de Hernández, Adrián Beltré. El largo abrazo entre los dos habló mucho de su conexión sincera.

En un momento, Hernández se dirigió a los jugadores actuales de los Marineros, que se habían acurrucado en la barandilla del dugout y observaban la ceremonia con gran atención: “Los observo todo el tiempo. Los apoyo, muchachos. Sigan así en la recta final. . . Démosle a Seattle una razón para festejar”.