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Era el año 1998, y los Miami Marlins vieron en Miguel Cabrera un talento tan prometedor que no dudaron en comprometer 1.8 millones de dólares para asegurarse su firma. Una cifra récord en ese entonces para un pelotero internacional.
Era el comienzo de una historia de grandeza en el béisbol, una historia que hoy llega a su emotivo final.

Miguel Cabrera nació con un don innato poseedor de un swing era una obra de arte en movimiento, un maestro en golpear la pelota con precisión y poder, lo que a posteriori lo llevaría a convertirse a uno de los mejores bateadores en la historia del juego, un embajador de la gracia y el talento en el diamante.

Cabrera, con su estilo inconfundible, nos dejó una carrera tan llena de hazañas que enumerarlas todas sería una tarea interminable. Su nombre quedará inscrito en la historia del béisbol de innumerables maneras. Cada swing, cada batazo, cada momento memorable, se tejió en la rica tela de su legado.

Los reconocimientos a su gran carrera han iniciado desde muy antes. En su penúltimo día como jugador profesional, los Tigres de Detroit se unieron para rendir homenaje a este ícono viviente del béisbol. La ceremonia fue un recordatorio de la huella imborrable que ha dejado en el deporte.

El miembro del Salón de la Fama, Alan Trammell, quien ahora ocupa el cargo de asistente especial a la gerencia general de los Tigres, pronunció palabras que resonaron en el corazón de todos los presentes. Sus padres, Gregoria Torres y Miguel Cabrera Sr., tuvieron el honor de realizar los lanzamientos iniciales, un gesto de amor y gratitud hacia el hombre que los llenó de orgullo.

Jim Leyland, quien dirigió a Cabrera en los Tigres de Detroit durante su período más glorioso, compartió su admiración en la ceremonia.

“Creo que no hay ninguna duda, él va a quedar como uno de los mejores jugadores ofensivos en la historia del béisbol”, expresó con emoción. “Eso resume muy bien (su carrera). Mostró una fuerza hacia su banda contraria que yo nunca había visto”.

Todos nosotros, apasionados del béisbol, somos afortunados de haber sido testigos de la carrera de Salón de la Fama de Miguel Cabrera. Lo vimos crecer desde un muchacho de 20 años que ayudó a su equipo a ganar la Serie Mundial de 2003, hasta un veterano de 40 años que aún tenía la chispa para conectar su jonrón número 511.

Recorrido por su carrera: Logros y hazañas

Recordamos su debut en las Grandes Ligas el 20 de junio de 2003, cuando los Marlins se enfrentaron a los Devil Rays. En ese día inolvidable, un joven Cabrera, bateando octavo en la alineación, conectó un cuadrangular de dos carreras en el undécimo inning. Fue un comienzo que hablaba de su destino excepcional en el béisbol, convirtiéndose en el tercer jugador desde 1900 en lograr, en su debut, un cuadrangular para dejar en el terreno al rival.

Miguel Cabrera es uno de los siete jugadores que han logrado la asombrosa hazaña de acumular 500 jonrones y 3,000 hits en sus carreras. Esta élite incluye nombres como Aaron, Mays, Murray, Palmeiro, Pujols y A-Rod. Y si añadimos su impresionante promedio vitalicio de .306, lo situamos en una categoría aún más exclusiva, compartiendo espacio con Aaron (.305) y Mays (.301).

No podemos mencionar a Cabrera sin hablar de su mágico año 2012, cuando bateó .330 con 44 jonrones y 139 carreras impulsadas. Antes de él, solo Carl Yastrzemski de los Boston Red Sox en 1967 había logrado tal hazaña en un béisbol que era muy diferente al que conocemos hoy en día. Miguel Cabrera es uno de los diez peloteros que han ganado una Triple Corona desde que las carreras impulsadas se convirtieron en una estadística oficial en 1920. Entre ellos, solo él y Carl Yastrzemski superaron los 3,000 hits de por vida.

Hoy, al contemplar su carrera con una línea de bateo de .307/.382/.519, y liderando a todos los jugadores activos con 3173 hits, 626 dobles, 511 jonrones, 1,880 carreras impulsadas y 1550 carreas anotadas.

Junto a Hank Aaron y Albert Pujols, es uno de los únicos tres jugadores en la historia del béisbol con 3,000 hits, 500 jonrones y 600 dobles.

Aunque su tiempo en el campo llega a su fin, el legado de Miguel Cabrera continúa en la ciudad de Detroit, donde se desempeñará como asistente especial del presidente de operaciones de béisbol. Su influencia seguirá tocando vidas y corazones, dentro y fuera del terreno de juego.

En palabras de Jim Leyland, en esa emotiva ceremonia de despedida: “La gente de Venezuela sabe que tienen a uno de los mejores jugadores de béisbol en la historia”. Y nosotros, los amantes del béisbol en todo el mundo, también lo sabemos. Miguel Cabrera es y siempre será una leyenda del béisbol, un canto emotivo al juego que amamos.