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Limitado por las lesiones ha sabido reinventarse una y otra vez y el año pasado fue así, hasta agosto pocos contaban con su presencia para algo, pero se autorelevó, siempre busca la manera de hacerlo y lo hace, tiene la clase de los grandes.

No hace mucho ruido, nunca lo ha hecho, juega con los Yankees de Nueva York, pero su enfoque está más en los hechos, en la acción que en buscar ser protagonista en exceso. No hace mucho ruido, lanza 100 millas con facilidad, como tomarse un sorbo de café, tiene buena slider y es consistente, pero prefiere el silencio, proviene de lo más humilde de Nicaragua, eso lo hace hasta cierto punto diferente.

El debut

Su debut fue en 2018 y al momento muchos comenzaron con las comparaciones, era imposible no hacerlas, evocar siquiera a hombres como Dennis Martínez, Vicente Padilla o Erasmo Ramírez, pero Jonathan Loáisiga tenía su sello, lo sigue teniendo de hecho; la gorra calada, el ceño fruncido y una ecuanimidad pasmosa, el hombre perfecto para cumplir esa labor de relevista, saliendo en las postrimerías de los juegos, cuando las pulsaciones pasan de 120 y la presión se hace insostenible.

En aquel 2019, hace ya cinco años, trabajó en un total de 9 partidos, lanzando 24,2 tramos, con un récord de 2-0, un promedio de limpias de 5,11 y 33 ponches. Todavía daba muchos boletos, pero tenía las armas necesarias para imponerse y lo hizo.

Momento cumbre

Su gran año llegaría en 2021, siempre en funciones de contención y su impacto fue tal que hasta comenzó a especularse con que debía ser el cerrador de Yankees. En 57 juegos sumó 70 innings, legando un récord de 9-4, una efectividad de 2,17 y logrando además 69 ponches, así como un whip de 1,01.

Tal como comentábamos al inicio, Loáisiga debía ser un hombre importante en el bullpen de los Mulos en 2022 y al final lo fue, pero debió sortear constantes altibajos en los primeros meses, incluido el descontrol y otra vez el tema de las lesiones.

Así y todo, vio acción en 50 desafíos en los que sumó 48 entradas, dejando un registro de 2-3, con 37 ponches y un whip de 1,29.

Los retos del presente

En este 2023, al momento de escribir este texto, se vuelve a erigir como pieza fundamental en el relevo neoyorkino, antes irá con Nicaragua al Clásico Mundial, pero desde ya  algunos se atreven a dilucidar que de fallar Clay Holmes como cerrador, Aaron Boone lo tendría a él como primera opción.

De cualquier modo, en el rol que sea, la afición de Yankees quiere la mejor versión de Jonathan Loáisiga en esta campaña y el contexto se torna idóneo para que el lanzador de el gran salto y se afiance como un seguro de victorias en el equipo.