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De aquel de hace cuatro años, solo queda en ocasiones el rictus forzado de la autocompasión y la mirada pétrea de esos hombres que parecen destinados al ostracismo, pero intentan con denuedo, una y otra vez cambiar la historia.
Por aquel entonces, dos años después de haber debutado en Las Mayores con el uniforme de telas a rayas de los Yankees de Nueva York y tras un nefasto 2018 cuando acabó con forja de 2-6 y parecía destinado a regresar a Ligas Menores, cuando eso pasó, Domingo Germán emergió como de la nada para deleitar a los fanáticos en el Bronx con una temporada de ensueño.
El antecedente
A sus 26 años, el dominicano vio acción en 27 partidos, dejando un récord de 18-4, con un promedio de limpias de 4,03 y 153 ponches en 143 tramos de labor y todos soñamos, pero aquel sueño duró bien poco.
El resto es historia; sanción por violencia dómestica, lesiones, bajos rendimientos, desmotivación y por esos avatares del destino, el criollo se mostró como el eslabón final en la solución que encontraron los Mulos para armar su rotación abridora de cara al Juego Inaugural el pasado 30 de marzo, ante las ausencias de figuras del calado de Carlos Rodón y Luis Severino.
El presente
Así, intentando encontrarse, sopesando un cúmulo de críticas, de largos batazos y hasta de mala suerte, el antillano ha ido sorteando los retos de este primer mes de campaña.
Ha tocado fondo, como el pasado 26 de abril frente a los Mellizos de Minnesota, encuentro donde en seis entradas permitió 6 carreras, incluyendo 3 cuadrangulares, mostrando una de sus peores versiones encima del box.
Era la estela, sin embargo, a comienzos de semana, frente a los Guardianes de Cleveland disertó, fue una reencarnación de aquel Germán prominente de 2019 y en 8,1 innings solo permitió 2 hits, con una carrera limpia y 6 ponches, quedando a las puertas de una actuación descomunal, para muchos truncada por el dirigente Aaron Boone.
La disyuntiva
Ayer contra los Rays, volvió a lanzar bien; 5 capítulos, 4 hits, 2 carreras y 5 ponches y los Mulos ganaron, pero el caribeño se fue sin decisión, dejando en el ambiente esa percepción de que todo juega en su contra.
En líneas generales, el quisqueyano ha trabajado en 7 juegos, dejando marca de 2-2, con un promedio de limpias de 4,35 y 44 ponches en 39 marcos.
Las luchas de Domingo Germán han sido constantes, ha buscado su mejor forma y en eso ha estado, pero la incertidumbre permanece y en consecuencia sus demonios siguen ahí, clamando por el necesario exorcismo.
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