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La firma de Juan Soto por 15 años y 765 millones de dólares con los Mets de Nueva York no solo rompió récords económicos en las Grandes Ligas, sino que también cambió el panorama de la Liga Nacional. Pocos movimientos generaron tanto ruido en la pretemporada 2025 como este, y ahora, con el inicio de la campaña, el jardinero dominicano empieza a demostrar que llegó a Queens con la firme intención de dominar.

Desde su debut el Día Inaugural, Soto ha dejado claro que está en forma. En su primer juego se embasó dos veces y conectó un hit, y en su segunda aparición, se estrenó con un cuadrangular a la grada superior, arrancando aplausos en casa ajena. Más allá de los números, su presencia en la alineación ha elevado el nivel competitivo del equipo, que busca regresar a la postemporada tras un 2024 irregular.

Pero el impacto de Soto va más allá de lo deportivo. Las ventas de boletos de los Mets se dispararon desde su firma, al igual que la venta de camisetas con su nombre. Su liderazgo también se siente en el clubhouse, donde su ética de trabajo y actitud profesional ya son tema entre sus compañeros y el cuerpo técnico.

Eric Chavez, coach de bateo de los Mets, ha elogiado su enfoque y disciplina, asegurando que Soto impone respeto con su preparación diaria. “No solo es un bateador élite, también es un ejemplo”, declaró recientemente. Esa influencia se extiende a jóvenes como Brett Baty y Ronny Mauricio, quienes se benefician de compartir el terreno con él.

Con Francisco Lindor, Pete Alonso y ahora Soto, los Mets poseen una de las alineaciones más temidas de la liga. Si el dominicano mantiene este ritmo, la franquicia podría tener por fin la pieza clave que tanto necesitaba para aspirar a una Serie Mundial.

Soto no solo está cumpliendo con lo que se esperaba de él: está empezando a reescribir la historia de los Mets, con su bate, su carisma y el hambre que lo caracteriza.

MLB