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Shohei Ohtani, el fenómeno japonés, por su desempeño en el terreno se posicionó muy rápidamente como la figura más destacada de la temporada y teniendo una de las mejores actuaciones en la historia del deporte.
Su destreza en el terreno de juego es una asombrosa manifestación de habilidad y unicidad. Lo que Shohei es capaz de lograr, maravilla y sobrepasa las expectativas una y otra vez. No debería tomarnos por sorpresa, pues ya lo había demostrado previamente, y de hecho le mereció un premio como Jugador Más Valioso en 2021. Sin embargo, aún ante tal precedente, su capacidad y talento continúan impactando de manera profunda. Parece desafiar constantemente los límites establecidos, como si su potencial no conociera fronteras.
Ohtani, con su impresionante desempeño tanto en el plato como en el montículo, prácticamente tiene asegurado el codiciado título de Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Líder en cuadrangulares y poseedor de un promedio de bateo por encima de .300, pero también sus 167 ponches en 132 innings hablan de su dominio en la lomita. Sin embargo, detrás de estos logros sobresale una negligencia evidente: la decisión de permitir que Ohtani continuara lanzando a pesar de las claras molestias y lesiones en su brazo de lanzar.
El egoísmo de la gerencia y dirigencia de los Angelinos es palpable. A pesar de las señales de alerta evidentes, decidieron arriesgar el futuro de Ohtani por una búsqueda inútil de victorias.
¿Por qué llamamos irresponsable a la gerencia y dirigencia de Los Angelinos?
Veamos. Ohtani venía lanzando regularmente cada 6 días desde el inicio de la temporada hasta el 4 de Julio. Ese día lanzó ante los Padres de San Diego, quienes le conectaron con cierta libertad: en 5 entradas, permitió 7 hits, incluyendo 2 cuadrangulares, 5 carreras, 4 bases por bolas. Esta desastrosa salida elevó su promedio de carreras limpias de 3.02 a 3.32, pero en medio del partido se reportaba que salía de juego debido a una ampolla en uno de sus dedos de su mano de lanzar.
Tras esta molestia recibe días adicionales de descanso que le permitan recuperarse de la molestia de la ampolla. Vuelve al montículo el 14 de Julio –diez días después-, contra la poderosa ofensiva de los Astros de Houston. No mostró el dominio acostumbrado. En 5 entradas permitió 4 carreras, pero lo más llamativo es que realizó 94 lanzamientos. Parecieran muchos para alguien que no está en su día y viene de una molestia.
Luego, 6 días después, le lanza a Los Piratas de Pittsburg. La segunda peor ofensiva de la Liga Nacional si tomamos en consideración las carreras creadas ponderadas ajustadas (wRC+), y nuevamente no demuestra el dominio que acostumbra y permite 5 carreras.
¿Otro mal día? Es humano. Podría ser. Pero muchos pensábamos que más que una mala racha, era una clara señal de que algo en ese brazo no andaba bien.
Shohei Ohtani was removed from tonight’s game (as a pitcher) with cramping in his right hand and fingers
— Angels PR (@LAAngelsPR) August 4, 2023
Siguió lanzando con regularidad y en su siguiente salida consiguió la primera blanqueada de su carrera, pero a un precio, que, para el contexto previo, me pareció abusivamente elevado: 111 lanzamientos. De hecho, en su próxima apertura, el 3 de agosto, tuvo que ser removido del partido debido a calambres en su mano de lanzar. ¿Tiene relación directa con todo esto? No es seguro, pero posiblemente sí. Lo que sí está claro, es que existieron señales de alerta que Los Angelinos ignoraron, y las consecuencias de eso, podrían ser muy graves.
En el día de ayer, el equipo anunciaba que la superestrella nipona ha sido diagnosticada con desgarro en el ligamento colateral cubital de su codo derecho y no volverá a lanzar esta temporada. Desafortunadamente, la cirugía Tommy John es una posibilidad latente.
.@Angels announce Shohei Ohtani has been diagnosed with a tear in the ulnar collateral ligament of his right elbow and will not pitch again this season. pic.twitter.com/0gxmUYRJ2P
— MLB (@MLB) August 24, 2023
La reacción llegó cuando el daño está hecho. La razón por la que no lanzará no fue porque se tomaron las precauciones cuando el momento era oportuno sino cuando ya no había alternativas. Podría haberse evitado si tan solo el equipo hubiera hecho caso a las evidentes señales que el brazo de Ohtani comunicaba.
Las implicaciones de todo esto van más allá de esta temporada. Ohtani, un auténtico imán que atrae a multitudes al estadio, enfrenta ahora una sombría incertidumbre. Desconociendo la gravedad de la lesión, inevitablemente tendrá repercusiones en las negociaciones contractuales que se avecinan.
La perspectiva de un contrato histórico, cifrado en números astronómicos, podría disminuir su valor en el mercado. Los 700 millones que se mencionaban podrían quedar relegados a una mera fantasía.
La dirigencia de los Angelinos ha demostrado una ceguera preocupante al no priorizar la salud y el bienestar a largo plazo de su mayor activo. Su desidia pudo poner en riesgo una carrera que ya marca un antes y un después en la historia del béisbol. ser empañado por una gestión que sacrificó su futuro en pos de beneficios efímeros.
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