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Su nombre ya empieza a sonar, así, como en sus días sonaron aquellos otros nombres, Roger Clemens, Andy Pettitte, Mike Mussina, Ron Guidry; nombres que pudieron ser cualquier cosa, un cúmulo de letras, un símbolo vacío, una mera palabra, un sinsentido, pero no lo fueron y él tampoco parece serlo, por ello, más allá de supuestos, en su porte se ve esa estampa propia de los que suelen ser diferentes, especiales, diría.

Ha pasado casi un año desde aquel instante a comienzos de agosto, cuando llegó así, como el que llega de la nada, con algo de pedigrí a cuestas y aquella distinción superflua de haber sido en su momento el prospecto número 15 de los Dodgers de los Ángeles.

Clayton Beeter

Esa era la estela de Clayton Beeter en esas jornadas, justo cuando arribó a Nueva York mediante el cambio que llevó al “paria” de Joey Gallo hasta California.

A sus 23 años, había dejado ciertas en dudas con los Tulsa Drilllers, filial doble-A de los Dodgers, luego de compilar para casi 6 de efectividad en ese primer tramo de temporada.

Con ese antecedente muchos en el contexto de los Mulos de Manhattan tenían razones de sobra para creer que Beeter podría ser otro de los sonados fracasos que habían marcado la historia reciente de los Yankees, no obstante, Clayton se aferró a la prominencia de su bola rápida y por vocación confió en su férrea disciplina.

La metamorfosis

Los resultados no tardaron en llegar y en ese trayecto final durante 25,1 tramos de labor, logró compilar una escueta efectividad de 2,13, con 41 ponches en ese lapso, así como un whip de 1,06.

Fue la mejor impresión y estaba su recta, constante sobre las 98 millas por hora, pero su personalidad encima del box, parecía marcar la diferencia.

Comenzó el 2023 en el puesto número 13 entre las jóvenes figuras de los Yankees y en 12 partidos con la franela de los Somerset Patriots, Clayton Beeter registró marca de 6-2, con un promedio de limpias de 2,08 y 76 ponches en 60,2 marcos.

La gran apuesta

Esta era la muestra que todos necesitaban para disipar las dudas y hace solo unas horas, tal como lo dio a conocer el prestigioso reportero neoyorkino Max Goodman, la franquicia informó que promovían a Beeter a triple A, en un movimiento que acelera los planes respecto al posible debut en Grandes Ligas.

Al instante de escribir este texto, el espigado lanzador hizo su primera presentación en el nuevo nivel y en 5,1 inning permitió 3 carreras con 6 ponches, mostrándose una vez más sobrado con su potente recta y esa slider cortante que deja sin opciones a los rivales.

En este punto, muchos dan por sentado que así sea en septiembre, Clayton Beeter pisará los diamantes de la Gran Carpa…es ahora mismo la gran promesa del pitcheo yankee y ciertamente está tocando a las puertas.