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Después de ese primer inning, las cosas pintaban para que allí en Manhattan, la gente viviera otro sábado negro en materia de béisbol…

Solo un tiro como ese, perfecto, solo un tiro como ese podía sacar out en home y así fue, como quiera, el halo pesado de la derrota volvía a mostrarse con todas sus fauces sobre la grama del Yankee Stadium.

Los hechos

No era el mejor comienzo para Luis Severino, seis días antes contra los Medias Rojas, había tocado fondo al permitir 3 carreras limpias y siete hits en 5 tramos, exacerbando esa mala forma mostrada ante los Mets el pasado 13 de junio.

En aquella jornada, allí en Citi Field, muchos llegaron a decir que el dominicano era el pitcher más mediocre que ojos humanos habían visto, pues en Queens, Severino lució pequeño, medio enjuto incluso, llegando a duras penas a 4,2 marcos y cargando a sus espaldas con cinco carreras y siete imparables que en ese instante pesaban como si de toneladas de concreto se tratase.

El peor Severino

Era lo pero que podía pasar, luego de las crisis recientes, de las duras críticas, que si los Yankees, que si Aaron Boone, que si no lo quieren en el equipo y a finales de año se irá o incluso antes, todo emergió a la vez, así de súbito, las dudas, las malas maneras, las pésimas costumbres, los egos y esas ínfulas solapadas que vuelven detestable a cualquiera

Luis Severino, aquel que entre 2017 y 2018 se llenó de gloria, quedando a las puertas del Cy Young, se convertía en el execrable, en el maldito bastardo del momento.

La mejor versión

Este sábado todo cambió, bueno, más bien después de ese primer inning ante Texas, todo cambió y casi dos horas después, luego de sacar ese último out en el sexto inning, el Severino que todos veíamos caminar hacia el banco era la rencarnación, la versión mejorada de aquel de hace cinco o seis años.

Ganó y en seis capítulos no permitió carreras, solventó cinco hits y ponchó a 4 bateadores rivales.

La trama

Parece otra historia de buenos y malos, pero en la conciencia de miles y miles de fanáticos se pasó la página, así lo creímos, lo creyó él con su primera victoria de la temporada… tal vez el mismo Aaron Boone se aferré al suceso como si fuese lo más grande, quizás un juego por la Serie de Campeonato o el primer partido de la Serie Mundial.

Los Yankees necesitan a Luis Severino, al bueno de Luis Severino y el bueno de Luis Severino necesita mostrar que esta no fue una película cualquiera de fin de semana y que a sus casi 30 años todavía tiene mucho por dar en los diamantes.

En siete salidas esta campaña el quisqueyano registra forja de 1-2, con una efectividad de 5,25 y 32 ponches en 36 innings, sin embargo, tras esta presentación puede sobrevenir la vuelta de tuerca tan necesaria para cambiar el guion… ¿será?