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Los Yankees de Nueva York han gastado mucho dinero en los últimos tiempos, como era de esperarse. El club acostumbra a hacer inversiones millonarias y la época reciente no ha sido la excepción. Desde un histórico contrato para hacerse con los servicios de Gerrit Cole hasta la millonada que firmaron este año para retener a Aaron Judge, pasando por el generoso convenio de Carlos Rodón, todo acaba siendo prueba fehaciente de cómo se maneja la franquicia de la Gran Manzana.

Sin embargo, hay un rubro en el que el conjunto es reacio a gastar. Estamos hablando de los jardines, zona en la que pareciera que los Mulos del Bronx no desean añadir a nadie de peso, más allá de una fugaz adición de Andrew Benintendi en el 2022 vía intercambio. Las oportunidades han estado allí, a la vuelta de la esquina en el mercado y, aun así, el dinero no ha salido de las arcas de la novena más ganadora en la historia del béisbol para cubrir esta demanda.

Lo más extraño de todo es que existen carencias en este respecto. Por ejemplo, ahora mismo continúan con el drama del cubrimiento del jardín izquierdo y a la vez, tienen fuera de los terrenos por lesión al patrullero central Harrison Bader. Con todo y eso, no invierten en la defensa de sus praderas. ¿Por qué?

Las verdaderas razones

Según lo observable, todo indica que los Bombarderos confían en los productos de sus granjas. De hecho, ocurriría acá algo similar a lo acontecido con el tema del campocorto, lugar del diamante en el que la organización decidió esperar por la consolidación de Anthony Volpe en lugar de ir tras uno de los peces gordos de la agencia libre. Pero ¿qué tienen los Yankees para el futuro de sus bosques?

La principal pieza a la que la escuadra neoyorquina apunta es a Jasson Domínguez, un dominicano prometedor de apenas 20 años de edad por el que pagaron un bono de 5.1 millones de dólares y que, hasta el momento, no ha defraudado en lo absoluto. Ahora mismo se encuentra en la categoría Doble A y, si las cosas siguen como van, podríamos tenerlo en el máximo nivel en un par de años.

No obstante, poca gente sabe de la existencia de otro talento increíble que habita en las inferiores yankistas: Spencer Jones. Este muchacho de 21 años se encuentra en el nivel A+ demostrando que puede ascender velozmente por las granjas y abrirse paso hasta MLB.

Ahora mismo batea una línea de .385/.414/.885, acompañada de 3 jonrones y 4 dobletes en apenas 6 cotejos, lo que hace pensar que pronto acompañará a Domínguez en Doble A. Su tiempo para llegar a Las Mayores también se estima en 2 o 3 años como máximo, por lo que tiene sentido que en Nueva York aún estén aguardando a la evolución de ambos prospectos. ¿Serán El Marciano y Spencer el futuro de los jardines del Yankee Stadium? Al menos eso es lo que tienen previsto en el Bronx.