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Rainer Núñez se ha convertido en un bateador de temer en Lidom. Con 22 años recién cumplidos, el slugger de las Estrellas Orientales en su primer año como pelotero de esta liga, nunca antes se había uniformado en el invierno, lidera el departamento de la fuerza con siete jonrones, ha impulsado 18 carreras y tiene una línea ofensiva .246/.291/.347. Nada mal para un joven que firmó en 2018 y que nunca ha pasado de clase A fuerte.

Para él estar en las equipo de los paquidermos es una bendición. Sobre todo por la cantidad de peloteros veterenos que están allí. “A veces cuando uno por la inmadurez no entiende que el tiempo de Dios es perfecto y que no siempre todo sale como uno lo espera. Yo creo que lo que he aprendido de ellos es tratar de ser paciente (en el home)”, dice.

Yo me molesto cuando hago algo malo y me dicen (Gustavo) Núlez, (Elhueris) Montero, (Júnior) Lake (Sandber) Pimentel, que ‘levante la cabeza. No se ha acabado, te quedan dos más. Tú pudes hacer esto mejor’.

“Uno tiene que salir ahí a dar lo mejor cuando. Y si las cosas no suceden, bueno, alzar la cabeza, nunca bajar la cabeza, sobre todo cuando fallo. Yo me molesto cuando hago algo malo y me dicen (Gustavo) Núlez, (Elhueris) Montero, (Júnior) Lake, (Sandber) Pimentel, que ‘levante la cabeza. ¡No se ha acabado, te quedan dos más!. Tú pudes hacer esto mejor’. Y son esa cosas que a ellos les agradezco bastante”.

Para este chico, con poca edad, bisoño, grandeliga en ciernes, una temporada como la actual era algo impensado. “Realemente no pensé que algún día iba a tener una temporada como esta”, explica el pelotero. “Son bendiciones que Dios le permite tener a uno por el trabajo y la consistencia. Sobre todo salir ahí, a dar lo mejor de uno cada día”.

No es normal que un pelotero tan joven se pare con tanta entereza en el home. Una vez dada la explicación se conoce el porqué. Por eso es bueno saber si se para a buscar el jonrón. “No, eso no se busca, eso sale solo”.

La entrevista fue corta, ya antes había declarado sus pareceres de la temporada en la entrega de su premio al MVP de la semana. Y aunque no piensa en ser “Novato del año” al conocer la opinión de quien redacta dijo “¡ojalá y sea así!”.

Salió corriendo del séptimo cielo al terreno de juego para prepararse. Estaba ese día alineado de quinto bate e inicialista. Protegiendo al grandeliga Edwin Díaz. Tamaña responsabilidad que jamás pensó, a estas altura de la temporada, que tendría sobre sus hombros.

Allí está, compitiendo, trabajando, escuchando y tratando de aplicar todo lo que le dicen en el terreno del juego. Hay que esperar que finalice la temporada y luego habrá que ver los números. Ellos serán los que dictarán sentencia.