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En lo que será la segunda Copa del Mundo de la FIFA que contará con el sistema de video-arbitraje asistido, es decir, el VAR, el máximo organismo rector del fútbol mundial tomó una decisión bastante rigurosa sobre la aplicación de dicha tecnología. Tal y como ocurrió en la edición de Rusia 2018, las comunicaciones entre el árbitro principal y sus asistentes en cabina no podrán ser escuchadas en Qatar 2022.

Esto puede parecer polémico en un principio, pero es un voto de confianza a la preparación y el profesionalismo de los jueces del juego. Según Pierluigi Collina, jefe del estamento arbitral de la Federación Internacional de Fútbol Asociación, lo que hicieron para este torneo fue mejorar un elemento que fue todo un éxito en la última World Cup.

“Las conversaciones entre los profesionales no serán públicas. Sabemos que esa discusión existe, pero en este momento no hay posibilidad de escuchar las conversaciones entre el árbitro y el VAR”.

De acuerdo con el exárbitro italiano “Hace cuatro años los árbitros no estaban del todo preparados para el uso del VAR. Ahora todas las grandes competiciones lo tienen y es mucho más sencillo. En Rusia fue un éxito y ahora lo que hicimos es intentar mejorarlo”.

Otra novedad

Además del importante anuncio sobre la confidencialidad entre los colegiados, también se señaló un avance importante relacionado al uso de la tecnología arbitral: “Uno de los objetivos es reducir el tiempo de espera en los fuera de juego y creo que lo hemos conseguido. Por eso se pasó a utilizar el sistema semiautomático de detección del fuera de juego”, sentenció Collina.

Esta vez, la pelota tendrá dentro un chip que enviará datos 500 veces por segundo a los dispositivos de la sala de video para que puedan determinar con exactitud el momento exacto en que fue golpeado el esférico.

Asimismo, se colocaron una docena de cámaras instaladas bajo la cubierta de cada estadio que ayudará a trazar las líneas del offside, por lo que el VAR se ahorrará también esta tarea, algo que repercutirá notablemente en la agilización de las decisiones del árbitro principal.