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La sorpresiva ausencia de Paulo Dybala en los últimos partidos de la Roma ha desatado un torbellino de especulaciones y controversias. Mientras los seguidores se cuestionan el motivo detrás de su exclusión, las explicaciones del exentrenador Ivan Juric, junto con nuevos reportes de medios italianos, apuntan a una posible tensión contractual más allá de los problemas físicos del argentino.
En la previa al partido contra el Bologna, Juric, quien recientemente dejó su cargo en el club, declaró que la decisión de no contar con Dybala se debía a una serie de “molestias físicas” que el delantero supuestamente venía arrastrando. “A veces siente molestias que no le dejan en paz”, señaló Juric, dando a entender que el delantero no estaba en condiciones óptimas para enfrentar el juego. Sin embargo, este diagnóstico generó dudas entre la afición y el mismo jugador, quien había entrenado con normalidad durante la semana y se sentía listo para participar en el encuentro.
El periódico La Gazzetta dello Sport avivó aún más las especulaciones al revelar detalles sobre el caso. Según el medio italiano, a Dybala se le realizó una resonancia magnética debido a una molestia en los flexores, la cual dio resultados negativos, dejando claro que no había razones físicas suficientes para excluirlo. Este dato fue crucial para acrecentar las sospechas de que la ausencia del argentino podría deberse a factores ajenos a su estado físico.
El propio Juric sorprendió al jugador y a la plantilla durante una conferencia de prensa antes del partido al afirmar que las lesiones de Dybala “no son reales”, lo cual dejó perplejo al delantero y a sus compañeros. Este mensaje también desconcertó a los seguidores, quienes esperaban ver a Dybala en el campo tras su ausencia en el encuentro de Europa League en Bélgica. La falta de claridad en la comunicación del club ha contribuido a aumentar la tensión en el vestuario, especialmente en un momento delicado de la temporada.
El contrato de Paulo Dybala con la Roma, vigente hasta 2025, estipula una renovación automática si el delantero completa al menos el 55% de los minutos posibles en un período de tres años. Esto significaría que, en caso de alcanzar dicho porcentaje, el vínculo se extendería un año más, con una remuneración de 7,5 millones de euros, más dos millones adicionales en variables. Pese a recibir ofertas desde Arabia Saudita durante el último mercado, Dybala optó por quedarse en el equipo, demostrando su compromiso con la institución.
A estas alturas, el delantero solo ha completado el 49% de los minutos posibles, generando una incómoda incertidumbre sobre su continuidad. La situación podría presagiar un distanciamiento entre Dybala y la Roma si no se aclaran las razones de su ausencia y si no se despejan las dudas sobre la gestión del club respecto a su situación contractual.
La falta de comunicación efectiva y la opacidad en torno a la ausencia de Dybala podría desencadenar nuevas tensiones dentro del club, además de poner en riesgo su relación con el delantero argentino. En un contexto de resultados deportivos irregulares, este conflicto interno se convierte en un factor que podría afectar el rendimiento del equipo y la tranquilidad del plantel. La Roma y Dybala se encuentran así en una encrucijada que definirá su futuro, en el campo y en el tablero directivo.
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