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El Gran Premio de Las Vegas vivió un momento de alta tensión cuando Franco Colapinto, piloto argentino del equipo Williams, protagonizó un violento accidente durante la Q2 de la clasificación. Con un impacto que superó los 50G, el incidente dejó a la comunidad del automovilismo preocupada tanto por la integridad del joven corredor como por los desafíos logísticos que enfrenta su equipo para reparar el monoplaza.

Detalles del accidente y la primera evaluación médica

Colapinto, quien estaba completando una vuelta rápida, perdió el control de su monoplaza en una de las últimas curvas del circuito, impactando contra las barreras de protección. La fuerza del choque no solo dejó su vehículo severamente dañado, sino que también encendió las alarmas médicas por la magnitud del impacto.

El piloto fue trasladado de inmediato al centro médico del circuito, donde fue sometido a una evaluación preliminar. Según James Vowles, jefe de equipo de Williams, Colapinto fue dado de alta y se encuentra descansando en su hotel. Sin embargo, deberá pasar por una revisión médica más exhaustiva antes de recibir el permiso para participar en la carrera principal.

“Fue un accidente a más de 50G. En cualquier parte del mundo, esto es algo grave. Franco está descansando y mañana será evaluado nuevamente para determinar si puede correr”, explicó Vowles en declaraciones oficiales.

Esfuerzos de Williams: reconstrucción del monoplaza y enfoque en la salud

El equipo técnico de Williams ha estado trabajando contrarreloj para reparar los daños sufridos por el monoplaza. El impacto obligó a reemplazar el chasis, una tarea que Vowles calificó como prioritaria, aunque dejó claro que la salud del piloto está por encima de cualquier aspecto técnico.

“Podemos reparar la fibra de carbono y rehacer el coche, pero la salud de Franco es lo más importante. Por ahora, nuestro enfoque está en garantizar su bienestar y en preparar el monoplaza por si se autoriza su participación”, destacó el jefe del equipo.

Un historial de incidentes preocupante

Este no es el primer accidente significativo en la joven carrera de Colapinto en la Fórmula 1. Desde su debut, el argentino ha enfrentado situaciones complicadas, incluyendo dos percances en el Gran Premio de San Pablo y otro incidente en Bakú. Estos episodios han puesto presión adicional sobre Williams, que ya lidia con restricciones presupuestarias y una limitada disponibilidad de repuestos.

En Las Vegas, Colapinto había logrado superar la Q1 en una sesión altamente competitiva, eliminando a pilotos como Fernando Alonso y Sergio Pérez. Sin embargo, su accidente en la Q2 truncó una clasificación prometedora y sumó un nuevo capítulo a un historial que, aunque refleja su agresividad al volante, también resalta la necesidad de mayor consistencia.

La importancia de priorizar la seguridad en la Fórmula 1

El accidente de Colapinto reaviva el debate sobre la seguridad en los circuitos y la importancia de proteger la integridad física de los pilotos. En este caso, la rápida respuesta médica y la resistencia del chasis evitaron consecuencias mayores, pero el incidente es un recordatorio de los riesgos inherentes al automovilismo.

Mientras se aguarda la decisión médica sobre su participación en la carrera principal, el foco permanece en el bienestar de Franco Colapinto y en los esfuerzos de Williams para devolver el monoplaza a las mejores condiciones posibles.

La Fórmula 1 no solo es un espectáculo de velocidad y habilidad, sino también un deporte donde la seguridad debe ser innegociable. Este incidente, aunque desafortunado, refuerza el compromiso del automovilismo con la protección de sus protagonistas.