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Michael Schumacher, siete veces campeón mundial de Fórmula 1 y símbolo de Ferrari, no solo se destaca por sus récords en el automovilismo, sino también por haber consolidado un patrimonio que ha perdurado más allá de su retiro en 2012. A lo largo de una carrera inigualable, Schumacher amasó una fortuna estimada en 600 millones de euros, producto de contratos publicitarios multimillonarios, generosas bonificaciones y un dominio absoluto en las pistas. Sin embargo, la vida de este icónico piloto cambió drásticamente después de su accidente de esquí en 2013, lo que dio paso a una nueva etapa en la gestión de su legado, ahora en manos de su esposa, Corinna Schumacher.

Una trayectoria de éxitos y lucrativos contratos

Desde su debut en 1991, Schumacher demostró ser una fuerza imparable, llevando a Ferrari a nuevas alturas y acumulando logros que lo posicionaron como el piloto más exitoso de su época. Este éxito no pasó desapercibido para las marcas, lo que resultó en contratos millonarios con empresas como Shell, Omega, y Deutsche Vermögensberatung, entre otras. Estos acuerdos comerciales se sumaron a sus salarios en la F1, colocando a Schumacher en la cima de los deportistas mejor pagados del mundo. Su espíritu competitivo y capacidad para manejar situaciones de alta presión lo convirtieron en un ícono deportivo y en una figura de gran influencia dentro y fuera de la pista.

Corinna Schumacher: La custodia del patrimonio y su expansión

Después de su trágico accidente, Corinna asumió el rol de administradora de la fortuna familiar, diversificando las inversiones y asegurando el bienestar económico de los Schumacher. Bajo su dirección, la familia ha realizado adquisiciones inmobiliarias estratégicas, además de vender activos como una colección de relojes y el avión privado de Michael, decisiones que han permitido solventar los altos costos médicos del piloto. Entre las ventas notables, destaca un anillo de oro y diamantes que Ferrari obsequió a Schumacher en 2003, el cual fue vendido por 7,500 euros, así como su propiedad en Noruega, utilizada anteriormente como casa de vacaciones.

Además, Corinna ha continuado la labor de Michael en el ámbito filantrópico. La Fundación Keep Fighting, creada en honor al expiloto, tiene el propósito de apoyar iniciativas de salud y seguridad, áreas que fueron siempre de interés para Schumacher. A través de esta organización, los Schumacher no solo han preservado el legado del piloto, sino que también han fortalecido su compromiso con la sociedad, destinando recursos a proyectos que buscan mejorar la vida de otros.

Una aparición pública que captó la atención mundial

Luego de una década de total privacidad, Schumacher reapareció en la boda de su hija mayor, Gina Maria, en un evento que marcó un hito para la familia. La ceremonia, celebrada en Villa Yasmin, su finca en Mallorca, se realizó en un ambiente estrictamente privado para proteger la intimidad de Michael y de su familia. Este evento ha reforzado la importancia de la residencia de Port d’Andratx, un refugio para los Schumacher y ahora también el lugar de uno de los momentos más significativos para Gina y su esposo, Iain Bethke.

El legado de Michael Schumacher se extiende más allá de la Fórmula 1, consolidándose tanto en el ámbito financiero como en el filantrópico. Su esposa Corinna ha sabido no solo preservar, sino también expandir este patrimonio, garantizando que el impacto de Schumacher perdure en el tiempo. Desde los circuitos hasta su vida personal, Schumacher sigue siendo un símbolo de perseverancia y éxito, inspirando a generaciones y dejando una huella imborrable en el mundo del deporte y la sociedad.