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La escuela checa de tenis, conocida por su técnica refinada, sigue dominando en Wimbledon. Barbora Krejcikova, en un regreso triunfal, ha vuelto a la cima del tenis al ganar el Grand Slam británico.

Krejcikova, que se había alejado de las mejores tras ganar Roland Garros en 2021, resurgió con fuerza. Especialista en dobles junto a Katerina Siniakova hasta su separación reciente, Krejcikova mostró su talento individual en Wimbledon. A sus 28 años y como número 32 del mundo, se convirtió en la nueva campeona del torneo, superando las dificultades de las lesiones y sumando su segundo título de Grand Slam.

La italiana Jasmine Paolini, también de 28 años y número 7 del mundo, nuevamente se quedó sin el título. Después de ser derrotada en la final de Roland Garros por Iga Swiatek, no logró aprovechar sus oportunidades en la final de Wimbledon. Con su característica sonrisa que encanta a los aficionados, Paolini perdió ante Krejcikova por 6-2, 2-6 y 6-4 en un partido de 1 hora y 56 minutos. Krejcikova, con un saque decisivo, ganó su octavo título individual profesional, el primero de esta temporada.

Antes de esta edición, con muchas de las principales jugadoras enfrentando problemas físicos o deportivos, Krejcikova no había superado los octavos de final en Wimbledon, alcanzados en 2021. Ahora, ha conseguido el prestigioso Venus Rosewater Dish, aunque no lo llevará a casa. En su lugar, recibirá otro trofeo y un cheque de 2.700.000 libras, aproximadamente 3.200.000 euros.

Krejcikova sigue los pasos de otras campeonas checas en Wimbledon, como Petra Kvitova y Jana Novotna. Martina Navratilova, la más laureada entre las checas, aunque compitió bajo la bandera estadounidense tras dejar Checoslovaquia, observó el triunfo desde el Royal Box del All England Club.