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El calendario del circuito profesional de tenis continúa generando debate, y Alexander Zverev, una de las figuras más destacadas del deporte, ha decidido alzar la voz. Tras su reciente derrota ante Taylor Fritz en la Laver Cup, el alemán fue interrogado sobre la creciente preocupación entre los jugadores por la dureza de la temporada, tema que también ha sido abordado por Carlos Alcaraz. Con mesura, Zverev comenzó reconociendo que aún no ha sentido el impacto físico, pero no dudó en cuestionar la estructura general: “Tenemos la temporada más larga en el deporte. Es innecesariamente extensa, con una cantidad innecesaria de torneos”.

Para Zverev, la falta de tiempo para el descanso y la preparación física adecuada es un problema que afecta directamente a la longevidad de las carreras. “No hay tiempo para desarrollar el cuerpo sin la raqueta en mano”, añadió, sugiriendo que, a diferencia de otros deportes, el tenis no permite esos períodos cruciales de recuperación. Comparó la situación con la de veteranos como Roger Federer y Novak Djokovic, quienes en sus últimos años se han permitido descansos más prolongados, una opción que él no considera viable para jugadores jóvenes y ambiciosos que buscan consolidarse en el circuito.

La conversación, sin embargo, tomó un giro más tenso cuando Zverev fue cuestionado sobre posibles soluciones, como un boicot de los jugadores. La respuesta fue contundente: “¿Qué, hacemos un boicot? No se nos permite. Nos multan si no jugamos torneos”. Aquí, Zverev dejó entrever la complejidad del problema: un sistema dominado por intereses económicos y contratos que atan de manos a los jugadores, que no tienen la libertad de elegir qué torneos jugar sin enfrentar repercusiones.

El alemán fue más allá, explicando la lógica empresarial detrás del calendario. Las licencias de los torneos, que cuestan millones de dólares, imponen un peso financiero sobre la ATP, lo que complica cualquier intento de reducir la cantidad de eventos o suprimir los obligatorios. “No puedes simplemente cancelar un torneo. Tienes que devolver el dinero, recomprar las licencias”, sentenció, destacando que el circuito no es solo una cuestión deportiva, sino un negocio de proporciones gigantescas que escapa del control de los propios jugadores.

En resumen, Zverev refleja un sentimiento de frustración, no solo por la carga física del calendario, sino también por la aparente falta de poder de los jugadores para cambiar un sistema que, para muchos, resulta insostenible. Una situación que, aunque evidente, parece, por ahora, ineludible.