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Fue en febrero, hace tres años, un día 2 específicamente y entre palomitas de maíz, montones de alitas de pollo y excesiva cantidad de cerveza, el ambiente en el Hard Rock Stadium indicaba que no era una jornada normal, otra de esas donde la afición de esa parte del sur de la Florida se apresta a disfrutar de algún partido de fútbol, hasta de un concierto de música. No, no era un día cualquiera, no lo fue; los San Francisco 49ers y los Kansas City Chiefs se midieron  en la final número 54 de la NFL o lo que todos conocen como el Super Bowl LIV.

Allí, al norte de Miami,  hace tres años ya, pudo haber nacido la leyenda de Patrick Mahomes, aquel joven afrodescendiente que con sus 23 años y sus 1,88 de estatura hizo delirar a los presentes, erigiéndose en referente de la victoria de los Chiefs por pizarra de 31-20.

Mahomes fue el MVP y el prominente quarterback que conocemos hoy tomó forma en aquel comienzo de febrero. Después vendrían los 500 millones, el ser copropietario de los Reales de Kansas City, la derrota en el Super Bowl ante los  Tampa Bay Buccaneers y en solo horas, este 12 de febrero, también llegará una nueva oportunidad de refrendar su nombre en lo más alto, justo cuando los Chiefs enfrenten en Arizona a los Eagles, durante el Super Bowl LVII.

Antes

Hoy todos conocen a Patrick Mahomes o deberían  conocerlo, su nombre es de los más icónicos en el universo del deporte en general y sin dudas es la gran figura de la NFL pero quizás lo que pocos saben, tal vez ni se recuerde ya es que hace menos de diez años su vida pudo haberse definido en el béisbol.

El hijo de Pat Mahomes, aquel lanzador de bastante buen nivel que adquirió algo de fama en los años 90 del pasado siglo, vistiendo la franela de  equipos como Mellizos de Minnesota y Medias Rojas de Boston; el hijo de Pat Mahomes, Patrick, llegó a ser escogido por los Tigres de Detroit en la ronda 37 del Draft de Novatos de 2014, tal como en su momento lo reseñó MLB.com.

La decisión 

Cuentan que tenía buen brazo y podía desempeñarse a buen nivel en los jardines y quizás, aquí este el sentido de esos pases de 70 yardas que le hemos visto en el fútbol americano. De igual modo, narra ESPN que era capaz de llegar hasta las 93 millas como lanzador en la preparatoria y en la Universidad de Texas se le recuerda por haber ponchado a 16 en un juego sin hits.

Pudo haber triunfado en los diamantes de Grandes Ligas, muchos pensaron que debía haber seguido el caminos de su padre, pero no, Mahomes sabía que tenía unas condiciones envidiables para practicar cualquier deporte y en consecuencia debía tomar una decisión, puede que la más difícil y lo hizo… llegó el Draft de 2017 en la NFL y lo demás es historia.