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Muchos piensan que en el mundo del deporte en general solo se trata de ponerle la lupa a los atletas o equipos que mejor rendimiento están mostrando en su respectiva disciplina, cuando realmente hay muchos elementos detrás que en hartas ocasiones no le hemos prestada la debida atención.
A tal punto que desde hace un tiempo hacia acá, ha tomado mayor relevancia la figura de los intermediarios en el deporte, y es donde aparecen los llamados agentes de jugadores, quienes son los que mayormente provocan que estos materialicen sus contratos millonarios, y en algunos casos, multimillonarios.
Pero, todo esto sucede a cambio de una comisión de dicho contrato que reciben dichos agentes; acá tocamos el ejemplo del baloncesto FIBA, y más en específico de la República Dominicana, donde está el ejemplo más emblemático con el nombre de Frank Brito.
Se trata de un personaje que desde joven quiso dedicarse a jugar a este deporte, sin embargo, a raíz de descubrir que tenía el valor, confianza y carácter para dedicarse a este mundo, en el cual también se necesita saber como negociar y buscar el beneficio de las partes involucradas, no ha dudado en sumergirse en el mismo.
Brito, apenas a los 17 años ya se estaba involucrando en este interesante mundo, que vale decir no es como la mayoría de los oficios que disponen de un horario habitual de trabajo e incluso una oficina amoblada; sino que se sabe muy bien que al mantener contacto con otros personajes de cualquier parte del mundo, entonces a cualquier hora pudiese haber una negociación.
Este personaje en cuestión, ha sido responsable de colocar en el mapa internacional a figuras como Víctor Liz, Gelvis Solano, Juan Guerrero, Rigoberto Mendoza, Jassel Pérez, Jhonatan Araujo y Yeison Colomé, todos ellos con trayectoria en la selección nacional absoluta.
Pero también cuenta con otros 50 jugadores de menor recorrido en su haber, lo que demuestra que cuenta con un verdadero prestigio y se ha ganado la plena confianza del jugador dominicano promedio, a quienes se ha dado el lujo de ubicar en ligas importantes del mundo, como España, Puerto Rico, Argentina, Brasil, entre otras.
Entonces, ¿se trata de un oficio rentable? para Brito lo es totalmente, más en su caso que es actualmente el único de este país certificado por la FIBA, a través de su empresa BMS Sport Agency; ahora bien, ¿cualquiera puede ser agente? lógicamente no.
Como ya hemos indicado antes, se requiere de mucha dedicación, además de talento nato y alta capacidad de negociación; se trata de muchas veces convencer a la familia entera de un jugador joven para que salga del barrio o de su localidad y se arriesgue a experimentar fuera de su zona de confort, algo que puede generar solo dos resultados: el éxito rotundo del jugador, o todo lo contrario, el fracaso desde bien temprano.
Frank Brito es hoy, así como lo fuera en su momento Jordan Olivo, la principal referencia de República Dominicana en la FIBA, y que a su vez le dice a todos los que desean inmiscuirse en este mundo que hasta al mejor jugador se puede representar, si se tiene el olfato y las ganas de triunfar, como él lo ha hecho.