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Siempre habrán momentos y anécdotas para enmarcar de alguien como Michael Jordan en cuanto a baloncesto se refiere; luego de muchos años de haberse retirado de los tabloncillos, muchos de sus registros aún siguen vigentes y lo más importante, en la memoria de los seguidores de este deporte.
Pero ahora que estamos en la etapa de los Playoffs, justamente se nos viene a la mente el nombre de “Su Majestad“, dado que como es sabido, sus números en esta instancia fueron mucho mejores que los que obtuvo en fase regular; no en vano, es el único en toda la historia con 6 premios MVP en finales de liga.
En este contexto, hay un récord aún vigente que llegó a implantar un 20 de abril de 1986, es decir hace 37 años, en un partido de primera ronda de postemporada ante los Boston Celtics, al haber anotado 63 puntos, a pesar de que los Bulls cayeron en esa noche y fueron barridos por ese gran equipo liderado por Larry Bird.
Algo casi que contradictorio, considerando que con todo y haber tenido la mejor actuación que haya podido tener jugador alguno en una etapa como esta, no se haya podido obtener la victoria; lo que habla de que aún se trataba de un equipo en plena construcción como los Bulls enfrentando a uno más que consagrado en la liga.
Pero esa noche también es recordada por una frase de Bird que ha quedado a la posteridad, cuando apenas Michael Jordan disputaba su segunda temporada como NBA, y en un año que estuvo mucho tiempo ausente en la ronda regular por una lesión en uno de sus pies, y que justo pudo regresar para estar presente en la fase culminante del campeonato.
Creo que he visto a Dios disfrazado de Michael Jordan. Larry Bird, 20-04-1986
Quedando claro que, si bien es cierto que Jordan un año antes fuera elegido como el Novato del Año de la liga y por ende comenzaba a dar sus primeros grandes pasos, esa noche de hace 37 años fue una especie de primera consagración de lo que hoy aún consideramos como el GOAT, o lo que es lo mismo, el más grande de todos los tiempos.
Con todo y que la buena era de los Celtics estaba ya a punto de terminar, para luego dar paso a dos temporadas victoriosas de los Detroit Pistons, quienes precisamente tuvieron que batallar ante estos mismos Bulls, y entonces a principio de los años 90 empezar formalmente la dinastía de los seis títulos, con Michael Jordan a la cabeza.
Y si bien lógicamente no se trata de un Dios, pero que para un legendario como Larry Bird decir una frase como esa, ya estaba confirmando que un grande se estaba consolidando, a pesar de ser aún muy imberbe.
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