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Estando muy cerca de llegar a la mitad de temporada en el baloncesto de la NBA, los Golden State Warriors parecieran tomar un segundo aire en este tramo final del año 2022, cuando este pasado miércoles obtuvieran su tercer triunfo consecutivo a expensas del Utah Jazz.
Nuevamente inspirados en un Jordan Poole, que pareciera tomar temporalmente el testigo de líder que normalmente ejerce Stephen Curry, y de nuevo terminara como la figura del encuentro, haciéndose fuertes en el “Chase Center”, con un muy buen registro de 15-2, paradójicamente el mejor de la conferencia Oeste.
Pero resulta que estamos hablando de una franquicia con dos realidades muy distantes cuando juega de local y visitante; su hegemonía en San Francisco les ha permitido mantenerse a flote y en pelea por una nueva clasificación a postemporada, ya que cuando salen de allí, pareciera otro equipo muy diferente.
Con las ausencias relevantes de sus figuras, como el caso de Curry, además de Klay Thompson y ahora de Andrew Wiggins, todo parecía que se les derrumbaba el mundo, pero se han dado cuenta que tras haber ganado el campeonato en la zafra anterior, no se podían permitir caer en una crisis tan aguda.
En esta ocasión, además de Poole, ha resultado fundamental el aporte de los jugadores de primer y segundo año, entre ellos Jonathan Kuminga, que ya ha sido habitual que viniendo desde la suplencia haga su trabajo para el cual es llamado; Ty Jerome ha sido otro de los que se ha comprometido con la causa, algo que ha dejado demostrado con sus 17 puntos ante Utah.
Uno que se ganó también a pulso la titularidad es Donte Di Vicenzo, apenas en su primer año en la liga, pero resulta que es el que ha logrado secundar a Poole entre los anotadores y poniendo en aprietos a Steve Kerr, al momento de que recupere a sus jugadores estelares.
También es necesario que termine de despertar Draymond Green, quién al parecer le ha costado superar algunas situaciones personales, algo alejado de lo que fue hasta en las pasadas finales ante los Boston Celtics.
Es posible que este equipo logre recuperarse y hasta meterse entre los ocho mejores de su zona; pero ante lo mostrado por equipos como New Orleans, Denver, Phoenix y Memphis, la mejoría deberá ser en todo sentido, si es que no desean correr con la “maldición del campeón”.