Your browser doesn’t support HTML5 audio
Se intensifican las emociones a poco más de un mes de que culmine la temporada regular del baloncesto de la NBA, sobre todo en una conferencia del Este muy disputada, pero que de momento mantiene a unos Milwaukee Bucks y a unos Boston Celtics comandando y peleando el liderato actual.
Pero además de ellos, hay un tercer equipo en esta zona que les viene cazando muy de cerca, como los Philadelphia Sixers, quienes este sábado han obtenido un triunfo muy importante justo ante los Bucks, que además de haberle cortado una seguidilla de 16 victorias en fila, lo han hecho con un récord incluido.
Nuevamente se ha hecho presente una de las duplas más duras y temibles de toda la liga conformada por James Harden y Joel Embiid, este último en carrera por ganar el MVP de la temporada, y entre ambos se han combinado para anotar 69 tantos, más de la mitad del total de puntos de todo el equipo.
Fueron 38 tantos los que aportara la “Barba”, además de 10 asistencias y 9 rebotes, haciendo ya algo de tiempo que no mostraba una presentación de este tipo, más aún con el tema de sus lesiones recurrentes; mientras que el camerunés se ha lucido con 31 tantos y otras 10 asistencias.
Y acá nos tenemos que detener, porque más allá de ganar al equipo más inspirado de la liga, resulta que es apenas la segunda vez en toda la historia de esta franquicia que en un mismo partido, dos de sus jugadores anotan al menos 30 puntos y otorgan 10 pases a canasta.
La única ocasión en la que esto ocurrió fue en la temporada de 1967, cuando la leyenda de Wilt Chamberlain se combinara con su compañero de entonces Hal Greer para registrar este par de cifras; acá se puede notar que desde entonces los Sixers no contaban con un dúo de jugadores dominante en la liga.
En el caso de los Bucks, en algún momento se les tenía que terminar la racha de victorias, pero tenía que ser por obra de un conjunto que está llamado a protagonizar y esta vez llegar bien lejos en la postemporada, ahora con un Harden dispuesto a todo por ganar su primer anillo y un Embiid que no ha creído en nadie y que ha tenido la mejor temporada de toda su carrera.