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Muy bien se dice que no importa como se inicie un campeonato, sino el como se avanza y se termine; más en un formato como el del baloncesto de la NBA, con un calendario extenso, y que ha dejado a par de equipos que debieron sudar hasta la última semana de fase regular para concretar su pase a la postemporada.
Sin duda que el caso del conjunto de Los Ángeles Lakers es uno de los más emblemáticos, ya que no se puede olvidar que se mantuvieron durante más de la mitad de temporada con récord negativo, y con sus inobjetables problemas internos, incluso entre los propios jugadores.
Para nadie es un secreto que LeBron James es líder de este conjunto y con una influencia tremenda entre su afición y directiva como tal; y pues era muy evidente su áspera e incómoda relación con elementos como Russell Westbrook, a quien no le ha quedado de otra que irse hacia la acera de enfrente con los Clippers, así como su amigo Patrick Beverley, pero hacia los Chicago Bulls.
Sin embargo, con las adquisiciones y la llegada de D’Angelo Russell y Jarred Vanderbilt, este equipo es otro y pudo recuperarse y su récord ya no era negativo; de pasar por el “Play-In” y dejar fuera a los Minnesota Timberwolves aseguraron ser los séptimos en su conferencia.
Y contra todo pronóstico, se impusieron a los Memphis Grizzlies en la primera fase de los Playoffs, para luego dar cuenta de los actuales campeones Golden State Warriors, quienes también vivieron una mejoría en su juego; es decir, resurgieron como el ave fénix y ahora tienen a los Denver Nuggets en la mira para acabar con ellos y coronarse en la zona del oeste y buscar la gloria, 3 años después de aquella celebración en la llamada “burbuja de Orlando”.
En Miami corrieron con la misma suerte
Nada distinto se puede decir del Miami Heat, que si bien nunca vivió una crisis tan profunda como la de los Lakers, de igual forma debió pasar por la alcabala del Play-In y dar cuenta de los Bulls, pero resaltando sobre todo el dejar en el camino al mejor conjunto de la zona, los Milwaukee Bucks.
Algo que tuvo una enorme repercusión, porque se sabe que es un equipo que suele dar estos zarpazos en instancias decisivas, sin importar la posición en la que hayan arribado; con un Jimmy Butler hecho a la medida para estos momentos, con registros históricos y cargando a este equipo a sus hombros, junto con otros experimentados como Kyle Lowry y Bam Adebayo.
Ahora los de Florida, no conformándose con silenciar las pretensiones de Giannis Antetokounmpo y compañía, dejaron sin aliento a los New York Knicks en las semifinales, con la misión inmediata de intentar frenar a los Boston Celtics, que vienen sin freno rumbo a querer jugar una nueva final de campeonato.
En este sentido, la pregunta es: ¿Hasta donde les alcanzará el combustible a los Lakers y al Heat? ¿Tendrán el arresto suficiente como para seguir desbloqueando niveles y dando golpes en la mesa, a tal punto de verse las caras en una hipotética final de liga? En este deporte se ha visto de todo y por ello, ya nada nos debería sorprender.
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