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Llegaba un momento clave en estas finales de la NBA 2023, cuando de nuevo el escenario del “Kaseya Center” presenciara el cuarto encuentro de esta emocionante serie entre el local Miami Heat y los Denver Nuggets, donde éstos pueden dar un paso gigante hacia su primer título en su larga historia.
Pero sería algo que lograrían apenas en su primera incursión en esta etapa final de torneo, y ante un conjunto que tiene más recorrido acá y que ha ganado hasta 3 campeonatos, y que cuenta con jugadores con sangre fría y que no les pega la presión de jugar estos partidos, como Jimmy Butler, Bam Adebayo y Kyle Lowry.
Aún estando debajo en la serie, los seguidores del Heat mantenían altas sus expectativas de que su equipo vuelva a emparejar estas finales con un triunfo este viernes, algo que garantizaría un regreso a esta ciudad para disputar un sexto duelo el próximo jueves.
Desarrollo del juego
Pero resulta que este cuarto duelo tuvo como primer protagonista a la defensa, con algo de imprecisiones de lado y lado, al punto de ser el de menor cantidad de puntos en un primer periodo en lo que va de finales.
Un canasto triple en el segundo final de Jimmy Butler le terminó dando la ventaja inicial 21-20 al Heat, luego de que Jokic y Murray de nuevo comenzaran a hacer de las suyas con 6 puntos cada uno.
Las alarmas se llegaron a encender en Denver, dado que el “Joker” debió irse a los vestuarios luego de que se lastimara su tobillo derecho en una caída sobre el pie de Max Struss; pero en poco tiempo estuvo de regreso en el banquillo.
Acá ocurrió el despertar de Aaron Gordon, quien estuvo intratable en este tramo del encuentro y en poco tiempo se alzaba con el liderato de la ofensiva de los Nuggets.
La ofensiva de Miami por momentos se estancaba; dos lanzamientos desde el poste corto de Adebayo que normalmente no suele fallar no entraron, mientras que Jimmy Butler era quien llevaba la voz cantante, al igual que Lowry desde la banca.
Era un juego algo extraño, dado que cada vez que el Heat se acercaba en el marcador, en un suspiro los Nuggets se volvían a despegar, con ventaja de hasta más de 10 puntos; pero el problema de los locales era que ni Caleb Martin ni Gabe Vincent aparecían.
En el último periodo, con los problemas de 5 faltas de Jokic, que lo hicieron dirigirse al banquillo, Butler los colocaba de nuevo muy cerca; pero entonces aparecía Jamal Murray a dar la cara por los suyos en ausencia del serbio.
Sencillamente era la noche de Aaron Gordon, quien hasta desde la pintura anotaba sus puntos, haciendo molestar más de una vez al propio Erik Spoelstra desde su zona; eran 27 tantos que nadie se esperaba que llegase a marcar.
Pero el colectivo es lo que más se resalta de estos Nuggets, algo que quedara demostrado en esta parte final, donde lograron mantener la ventaja sin su principal figura en cancha; Bruce Brown también estuvo inmenso desde la suplencia con 21 unidades.
Uno que estaba algo apagado era Kentavious Caldwell-Pope, y con un canasto de larga distancia a menos de dos minutos para el final terminó de sentenciar las acciones y ahora con la serie 3-1 a su favor, esto se muda de nuevo a Denver y el Heat más complicado que nunca.
El marcador final fue quizás algo engañoso, 108-95, pero refleja la manera en la que los campeones de la conferencia del Oeste lograron liquidarlo en el último parcial, ahora con una sangre fría que usualmente caracterizaba a su rival de turno, que esta vez les fallara.
Ahora, el día lunes pudiera ser el último partido de esta temporada 2022-2023, en el “Ball Arena” donde los Nuggets no querrán desaprovechar la opción de celebrar su primer título ante sus aficionados.
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