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Estamos claros que desde hace mucho tiempo que el deporte no es solo un pasatiempo para aficionados y seguidores de alguna disciplina en específico, sino que además es visto como un negocio y parte de una industria que es capaz de generar empleos a granel y recursos por diferentes vías.

Entre venta de entradas, pagos por derechos de transmisión, contratos por patrocinio, son algunas de las estrategias más empleadas por los dueños de organizaciones deportivas para obtener ingresos propios, o al menos han sido las tradicionales entre las franquicias que mayor cantidad de años han permanecido activas.

Tampoco es ningún secreto que el deporte femenino ha tenido un crecimiento que además de sostenido, ha logrado atraer a más asiduos a sus diferentes escenarios, especialmente en países del primer mundo, en los cuales es donde se ha observado más inversión y apoyo a esta rama.

Este es el caso de las Seattle Storm, una franquicia perteneciente a la “Women National Basketball Association“, actualmente propiedad de un grupo de inversoras con amplia visión, a tal punto de haber implementado un sistema de venta de acciones minoritarias que precisamente les ha permitido autosustentarse y asimilar una serie de proyectos ambiciosos.

Empresarias visionarias

Estamos hablando, según un estudio recientemente publicado por “The Wall Street Journal“, que a través de este sistema de acciones, la organización de Seattle ha sido valorada en $ 151 millones, siendo todo un récord en cuanto a franquicias del deporte femenino en todos los Estados Unidos.

Varios han sido los factores que han impulsado este logro; primeramente la buena visión y gestión de sus propietarios, conformada por tres mujeres empresarias, como Ginny Gilder, Lisa Brummel y Dawn Trudeau, quienes conforman el grupo “Force 10 Hoops LLC“, y que además ya habían adquirido a las Storm en el año 2008, pero bajo la módica suma de $ 10 millones.

Es decir, durante todo este tiempo, se han dado a la tarea de alimentar a esta franquicia como si fuera un hijo, a sabiendas de que con buenas inversiones y una plantilla competitiva, los resultados llegarían solos. Pero es innegable el aumento en popularidad que todas estas divisas han alcanzado con los años, sin tener que llegar a competir de forma directa con los hombres.

El caso más reciente ha sido el de las Phoenix Mercury, que forman parte del mismo grupo empresarial de los Suns, y que fue vendida por $ 4.000 millones a su nuevo dueño, el multimillonario Matt Ishbia, que vino a reemplazar al polémico Robert Sarver, y que dentro de sus planes está obviamente conducir a sus equipos por el sendero de los títulos.

Pero está demostrado que no se trata sólo de ganar campeonatos, sino de cimentar las bases para desarrollar atletas y una mayor cantidad de seguidores, quienes son al final los que sostienen a estas organizaciones; más en un país que desde siempre apoya de forma masiva los certámenes femeninos.

Prueba de esto último es que Estados Unidos sigue encabezando el ranking mundial de la FIBA en el ramo femenil de selecciones, y su vecina Canadá se ubica en la quinta posición, mientras que en el masculino, se han visto superados por España.

Sin embargo y siguiendo en la WNBA, en la ciudad de Seattle por allá justo en el 2008 recibía un duro golpe al observar como su equipo por excelencia en la NBA, los Supersonics se mudaban a Oklahoma (Thunder) y es acá donde las Storm de a poco fueron a llenar ese vacío de la afición del buen baloncesto en una zona donde hay mucho seguidor de esta disciplina.

Sue Bird y “Becky” Hammon baluartes

A esto, se le suma que han contado con Sue Bird, una de las mejores jugadoras de toda la historia, quien perfectamente se sienta en la misma mesa de Cinthia Cooper, Lisa Leslie y más recientemente Diana Taurasi (aún activa), y que ha sido artífice de los cuatro títulos históricos de las capitalinas.

También ha sido relevante que, con méritos propios, la mujer se ha ganado un puesto en un sitio que antes era impensable, y el primer nombre que se nos viene es el de Rebecca “Becky” Hammon, que además de coronarse con Las Vegas Aces hace unos meses, algo que también hiciera como jugadora, fue la primera en formar parte de un staff técnico de un conjunto en la NBA, y de paso dirigir un partido oficial, mientras estuvo en los San Antonio Spurs.

En fin, han sido elementos que han sumado para ayudar a posicionar a una marca, que con una gestión pensada en fortalecer las infraestructuras y que las atletas dispongan de todas las comodidades para desarrollarse, el éxito en un mediano y largo plazo llegaría solo. Por esto, hoy la franquicia de Seattle Storm hace historia y es todo un modelo a seguir, incluso por el deporte masculino.