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Tras haber logrado la clasificación a la final de conferencia del Este de la NBA por segundo año consecutivo, Al Horford prácticamente y en cuestión de minutos pasó del cielo al infierno, sobre todo en un sector importante de los seguidores del baloncesto en su natal República Dominicana.

Durante estos días la expectativa ha sido muy alta, dado que se trata de un jugador de recorrido en el mejor baloncesto del mundo, y que ya ha representado al país en competiciones de FIBA, pero siendo la última vez en el año 2012.

Por lo que a sus 37 años, próximos a cumplir en el mes de junio, todos pensaban que el venidero campeonato mundial de la disciplina sería la oportunidad ideal para que pueda culminar por todo lo alto su historial, aunque no sea muy largo, con la camiseta nacional y las 10 letras en su pecho.

Sin embargo, para pesar de todos, dejó saber su no intención de querer montarse en el avión rumbo a Filipinas en agosto próximo, y las críticas no vacilaron en caerle encima; al punto que su padre, el legendario y pionero de los dominicanos en la NBA, Tito Horford ha debido salir al paso y escudar a su hijo.

“Nos sentimos muy mal cuando se pasan de la raya y faltan el respeto, lo cual no se merece, ya que mi hijo ha representado al país y dio lo que pudo dar en sus cinco años con la selección”; palabras de Tito ofrecidas al programa Matías Radio Network.

El padre de Al recuerda también que cuando Dominicana ganó la medalla de oro en el CentroBasket del 2012, ahí estuvo el actual jugador de los Boston Celtics; previo a ello, había logrado par de preseas de bronce en los torneos de FIBA Américas de 2008 y 2011.

No cabe dudas que se trata de un duro golpe hacia la fiel afición que durante años ha estado al pendiente de la actuación del combinado nacional, más ahora con el buen núcleo de jugadores que ha podido reunir y que tiene la opción real de lograr su mejor posición en la historia de este certamen mundialista.

Al ponernos en el lugar del aficionado común, se tenía la esperanza que Al Horford, una vez cumpliera sus buenos compromisos con los Celtics, a las puertas de volver a jugar finales de NBA, se pudiera juntar con Chris Duarte y Karl-Anthony Towns, además de los recién ascendidos Justin Minaya y Lester Quiñones; pero no podrá ser y solo resta agradecer al orgullo de los Horford por las veces que ha dejado al país en alto; mientras que otros seguirán con su odio y despotricamiento acostumbrado.