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Llegaron como dos disparos, ¡Pumm!, ¡Pumm!, sintieron todos allí. Primero 100 millas, segundos después 99 y entonces, en ese instante, fue que comprendió lo que estaba haciendo…

Era de madrugada allá en la inmensa California y el último partido de la Jornada Inaugural de la nueva temporada de Grandes Ligas agonizaba, pero él sabía que ese era su momento, lo que tanto buscó desde que los entonces Indios de Cleveland lo firmaron en 2016 por 275 000 dólares.

Su recta, potente, era su mejor arma, su seguro de vida, lo que le permitió estar parado allí esa noche frente a los Dodgers de los Ángeles.

La figura y el contexto

La directiva de los Diamondbacks de Arizona necesitaba algo así para su bullpen y el gerente general, Mike Hazen decidió apostar por el talento y esa potente bola rápida que impresionó a todos desde sus años en las filiales de Cleveland y dio resultado.

Carlos Vargas se ganó su puesto en primavera, las cosas no le salieron bien en invierno con los Tigres del Licey en la LIDOM, luego de que en tres juegos permitiera cuatro carreras y otorgara cinco boletos, para estampar un espantoso registro de 18,00 en cuanto a promedio de efectividad…

Buscó su oportunidad

Fue así, pero el oriundo de Moca estaba enfocado en el Spring Training, ese era su objetivo, hacer las cosas bien y ganarse la plaza dentro del roster de 40 de Arizona.

Vio acción en 11 juegos, acumulando 10,1 tramos, ponchando a 13 rivales y sosteniendo un promedio de limpias de 2,61.

El suceso

En eso pensó tras el segundo rectazo, era el primer dominicano en debutar en Las Mayores en 2023, el número 885 de todos los tiempos y 67 años después de que Osvaldo Virgil marcara la senda de gloria que los quisqueyanos han trazado en el mejor béisbol del mundo; 67 años después, luego de dos rectas supersónicas, Carlos Vargas ponchaba a Miguel Antonio Vargas, para escribir su nombre en los registros históricos.

Tres lanzamientos para un ponche y a sus 23 años irrumpía por todo lo alto en la Gran Carpa.

Quizás nunca lo imaginó así, pues son acontecimientos que el mismo ritmo del tiempo van condicionando y salen de modo natural por decirlo de alguna manera; como sea en esos dos tercios en los que trabajó, demostró que estaba listo.

El mejor comienzo

Dará que hablar, eso es un hecho y es que, en este minuto, no existe un relevista con semejantes condiciones en el bullpen de Arizona.

Mientras tanto estaré aquí, disfrutando del talento de Carlos Vargas y dispuesto a contar los nuevos capítulos que nos deparará esta historia.