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Lo que hace unos cuantos meses fue todo un boom, ya ha pasado a ser parte de la normalidad. Todos sabemos que Albert Pujols comparte vida sentimental con Nicole Fernández y ya se han dejado ver públicamente en varias ocasiones. El ahora exjugador de béisbol decidió darse el sí con la hija del expresidente Leonel Fernández y disfruta plácidamente de su tiempo libre en compañía de su nuevo amor.

A ambos se les ve muy enamorados e incluso, hay quien dice que la fecha de la boda está próxima a oficializarse, pero eso es producto de la mera especulación, puesto que no hay nada confirmado o que haga pensar que el otrora jonronero de los Cardenales de San Luis tenga el matrimonio en sus planes, al menos no en el corto plazo.

Sin embargo, lo que pocos saben es cómo floreció el amor entre este par. Por eso, es preciso que ahora, por parte de la propia Nicole, el mundo se entere cómo acontecieron las cosas entre ella y el afamado exbeisbolista.

“Cuando Albert y yo nos conocimos yo siento que yo estaba en el mejor momento de mi vida como soltera, estaba disfrutando de mí, llegó cuando no estaba añorando estar con alguien y él también buscaba ser feliz”, dijo Fernández para iniciar el relato, quien además aclaró que el primer contacto fue vía WhatsApp gracias a un amigo en común que los presentó.

“Yo creo que todo es cuestión de química porque al otro día él me llamó y nosotros hablamos por una hora y trancamos la llamada porque sentimos que era demasiado tiempo, por ser la primera conversación y después de ahí nunca paramos de hablar”, prosiguió la atractiva compañera del Tío Albert.

Más tarde, dejó saber qué vio y qué cosas le atrajeron del que hoy es su novio: “Yo vi muchas cosas de mi papá en Albert, eso fue como algo que me llamó mucho la atención, que me atrajo mucho a él”. Asimismo, aclaró que Pujols es un hombre muy decente y educado.

El próximo capítulo de la historia fue una conversación entre ellos que transcurrió de la siguiente forma “¿Qué tú y yo somos?”, le dijo ella un día, cuando ya llevaban meses relacionándose, a lo que él respondió: “¿Cómo que qué es lo que tú y yo somos? Somos amiguitos (entre risas)”, él lo dijo relajando, pero ella respondió: “Yo no me beso con mis amiguitos”. Y como podemos imaginar, con tan buena vibra de por medio, el resto acabó siendo un cuento de hadas.