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Un don, dos, tres y eres bueno, otro don, un cuarto y eres muy bueno, aquí estaría bien o lo debe estar, sería lo normal, algunos de hecho al hablar, dan por sentado que con tres bastaría, pero la perspectiva a veces irracional que impone la ambición, esa perspectiva nos muestra que casi siempre se quiere buscar o imaginar siquiera el cuarto y el quinto don, incluso si no está, se busca de igual manera con tal de justificar una idea o una hipótesis determinada.
Cuando los Yankees de Nueva York firmaron a Jasson Domínguez en 2019, por el exagerado valor de 5 millones de dólares, lo vendieron en ese momento como la joya de la corona, un fenómeno de apenas 16 años que en el futuro cercano debía ser la cara de la franquicia más grande del béisbol.
Cinco millones para un pelotero supuestamente de cinco herramientas, es decir, fuerza, contacto, velocidad, buena defensa, buen brazo y habló de cinco herramientas, pero como especie de analogías, muy bien podría estar hablando de esos dones que mencionamos al principio; entonces, los Yankees, el equipo insignia del deporte de las bolas y los strikes apostaba en grande, como nunca antes por un chico con algo de buen porte, unos 6 pies y casi 200 libras.
Cuestión de tiempo y de hechos…
Podía ser, pero como siempre, el tiempo y los hechos por ende debían dictar sentencia y tres años después de aquel verano de 2019, también en verano, a comienzos de agosto último, trascendió la noticia por medio del prestigioso reportero John Heyman, que los Mulos habían intentado cambiar a Domínguez con los Rojos de Cincinnati, ello como parte de la posible operación que llevaría hasta el Bronx al también quisqueyano Luis Castillo.
Como sabemos ya, desde el mismo mes de agosto, la estrategia no funcionó, Castillo se fue a Seattle y Jasson Domínguez cerró a buen ritmo su segunda temporada en Ligas Menores, pero las dudas emergieron, estuvieron recogidas allí, en la esencia misma de esa propuesta, pues sencillamente el prospecto número dos no era tan importante en ese momento para la organización.
Al momento un cúmulo de elementos contradictorios emergieron, la firma de 2019, el impacto mediático de aquellos 5 millones, la ilusión también de millones de aficionados que habían comenzado a ver a Jasson Domínguez, “El Marciano”, como el hombre que se adueñaría del Yankee Stadium para mediados de esta década que apenas empieza.
El precedente
La discreta campaña de 2021, discreta por las perspectivas que había y porque apenas pudo disputar 57 juegos, bateando para 252, con 5 jonrones y 19 carreras impulsadas, además de sumar 73 ponches en 241 comparecencias; esa campaña discreta significó un duro lastre en las aspiraciones del propio Jasson y en las perspectivas mismas de los Yankees de Nueva York.
Fue algo así como ver un inmenso castillo derrumbándose, se había contado una historia, con un guion muy bien hilvanado pero la verdad, en el terreno, la verdad había sido otra.
Ya en 2022, en el arranque de la nueva campaña, tal parecía que veríamos una versión extendida de la anterior y en el primer mes de competencia las dudas se acrecentaron, pero de a poco, Domínguez comenzó a encontrar su ritmo, fue más paciente en el cajón de bateo, empezaron a llegar mejores contactos y los números, como es lógico de igual modo empezaron a mejorar.
Una historia diferente, pero hasta ahí…
Llegó agosto, ese agosto que mencionamos, el último y la promoción de Jason Domínguez a clase A avanzada casi coincide con aquel intento de cambio hacia los Rojos de Cincinnati. Al pasar la página, con la llegada de septiembre y octubre, llegó el final de la temporada y allí pudimos ver algo muy distinto de lo que se había visto en 2021.
Refiere Baseball Reference que, en 120 juegos, sumando el desempeño en clase A baja, avanzada y en doble con los Somerset Patriots, Jasson Domínguez legó un average de 273 con 16 jonrones y 59 carreras impulsadas, además de 23 dobles y 37 bases robadas; estuvieron los 128 ponches en 500 comparecencias, pero el arquetipo que vimos fue uno más parecido a ese que nos habían vendido tres años atrás; parecido, hasta ahí, del dicho al hecho, todavía queda.
Desde entonces, con la llegada del invierno han emergido nuevas teorías, rumores y demás, acerca de posibles cambios, de aquel que pudo ser en agosto, de otros que pudieran darse antes de la primavera, es normal, las dudas están, siguen estando y creo quedarán por un buen tiempo; Jasson Domínguez ya no es el segundo, ahora es la tercera pieza de más valor entre los prospectos de los Bombarderos e igual, uno se pregunta, ¿ cuál es la verdad sobre su caso?, ¿exageraron los Yankees con él o no?
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