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Horas después la noticia sigue sonando y es que ese juego entre Rojos de Cincinnati y Mets de Nueva York allí en el Great America Ball Park, no fue un juego cualquiera.
En la lomita por el elenco visitante, un tipo alto, rubicundo, de barba moldeada y mirada quieta, saltaba a la grama dispuesto a buscar su primera victoria en la nueva temporada de Grandes Ligas.
El suceso
Era Justin Verlander, el tres veces ganador del premio Cy Young, el MVP y tantas veces All- Star y tenía otra cita con la historia y no defraudó.
Como lo lee, días después de aquel desastroso debut frente a los Tigres de Detroit en Comerica Park, el legendario serpentinero sopesó la intermitencias de un primer inning complicado para transitar siete tramos en modo Verlander, es decir, impecables y de esta forma marcar la primera rayita con la franela del conjunto de Queens.
La actuación
Siete marcos con solo dos hits y siete ponches para llegar al mismo tiempo a su victoria número 244 de por vida, ante la mirada atenta de los miles de fanáticos que se dieron cita en la emblemática instalación, situada en ese pedazo de tierra allá en Ohio.
No acabó ahí, pues tal como reseñan medios como el New York Post y MLB.com, con su triunfo frente a los Rojos, Justin Verlander se convirtió en el lanzador número 21 que le gana al menos un partido a todos los equipos de Las Mayores.
El hito
De igual modo, Verlander se unió a Gerrit Cole, Zack Greinke y Max Scherzer como los únicos pitchers en activo que han alcanzado este hazaña.
Se trata de un nuevo capítulo en la mítica carrera de un jugador que nació marcado por la grandeza desde aquel debut con Detroit en 2005.
Es Verlander “ El castigador”, el que no ganaba el juego bueno y sin anillos se fue a Houston y ganó dos, lo siguió ganando todo de hecho y hoy con los Mets, quiere decorar el final de su trayecto de la mejor manera, regresando a los neoyorkinos a otra Serie Mundial…¿ será?
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